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martes, 16 de abril de 2024 | Última actualización: 22:07

Apnal-EA denuncia la localización de más de 20.000 m3 de antiguos sedimentos, fangos y residuos

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Las últimas riadas en Vinaròs descubren los vertidos incontrolados en este barranco. Los ecologistas piden que se investiguen y se busquen soluciones

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La Asociación Protectora de la Naturaleza Levantina-Ecologistas en Acción (Apnal-EA) de Vinaròs ha denunciado una serie de vertidos incontrolados en el barranco Barbiguera tras las últimas riadas. Desde el colectivo ecologista se dice que “si visitamos el barranco de la Barbiguera, a la altura del puente que cruza la carretera Nacional 340a, nos encontraremos con una imagen curiosa. No sólo nos encontramos con los típicos residuos sólidos que aparecen después de las lluvias torrenciales, como plásticos, latas, electrodomésticos, hierros, etc. sino unas paredes con estratos de diferentes colores y formas”.

Las fuertes aguas torrenciales de estas últimas lluvias, “han erosionado profundamente este cauce del que han aflorado las rocas naturales del fondo del barranco. A su alrededor aparecen márgenes de tierra y arenas de colores depositadas en forma de estratos que revelan antiguos vertidos de purines, barros, lodos y residuos que colmataron el barranco en una extensa franja de unos 30 metros de ancho por 1,5 metros de profundidad y más de 400 metros de largo. Miles de metros cúbicos de residuos que se han ido estratificando caprichosamente a lo largo de los años y que modificaron las características de este cauce y su aforo”.

Desde Apnal-EA se añade que “allí encontramos de todo, desde residuos orgánicos e inorgánicos de origen industrial, residuos orgánicos de origen urbanos y hasta todo tipo de residuos sólidos, como hierros, vidrios, o latas; incluidos peligrosos, como la uralita. Un antiguo historial de vertidos que el tiempo ha consolidado y del que nadie hizo nada para pararlos. Dichos vertidos se pudieron realizar porque existían industrias próximas, por la existencia de fácil acceso desde la carretera, lo que facilitó la entrada de todo tipo de vehículos para deshacerse de todo tipo de residuos y por la total permisividad por parte de las administraciones competentes”.

Para los ecologistas, “desgraciadamente, en pleno siglo XXI, los barrancos siguen siendo auténticos vertederos, donde la facilidad de acceso y la ausencia de vigilancia determinan la presencia o ausencia de vertidos”.

Unos residuos que, “a pesar de todo, la naturaleza los ha integrado en el paisaje y en la actualidad estas paredes de residuos constituyen el hábitat de aves y mamíferos diversos, como nidos de abejarucos, madrigueras de conejos y otros mamíferos”, se dice desde APNAL-EA.

Al no saber sobre la naturaleza y peligrosidad de lo allí depositado, “nos alarma suponer que los materiales se van erosionando en cada riada y son arrastrados hasta el mar, contaminando las playas cercanas, afectando a la calidad de las aguas y su biodiversidad, y pudiendo repercutir sobre la salud de la ciudadanía, que cada año utiliza muchas de las playas que hoy en día ostentan distintivos de calidad”.

Los ecologistas reconocen que no saben cuándo se realizaron estos vertidos, “ni cuánto tiempo hace que se están arrastrando y diluyendo todos estos contaminantes en las aguas de las playas próximas al barranco de la Barbiguera, ni sus efectos, pero parece mentira que se hagan más controles y vigilancia en nuestras playas, aguas de baño y cauces”.

Para Apnal-EA las administraciones competentes deberían evitar estas situaciones y sancionar a sus responsables, “antiguamente nuestra legislación ambiental era laxa pero actualmente es del todo inexplicable, además de irresponsable e incívico que se continúe echando de todo, por los ríos y barrancos de nuestro término municipal”.

Desde Apnal-EA se exige a las autoridades que investiguen estos vertidos, “se analice su peligrosidad, se busquen soluciones a los residuos depositados y se eviten los daños al medio ambiente, a la biodiversidad y a la salud de los ciudadanos”.