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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

3.000 gritos

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Begoña Carrasco García. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón. 

Basta. Hasta aquí han llegado. Los comerciantes y hosteleros del centro de la ciudad de Castellón han decidido elevar su voz y reclamar que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castellón que les escuche. Lo vienen haciendo desde hace más de un año, cuando arrancó la pandemia de Covid, sin ningún éxito hasta la fecha. Pero después de un año, la situación es insostenible.

Por eso han decidido salir a la calle y protestar. Será el próximo lunes, 29 de marzo, a las 9 de la mañana, en una gran caravana de vehículos que recorrerá las principales vías del centro. Esas que ahora se han convertido en una gran caja recaudadora por la instalación de unas cámaras de vídeo para controlar y sancionar a todo aquel que entre y se salte las limitaciones de acceso, tanto conscientemente como, sobre todo, inconscientemente.

Hace muchos meses que desde el Partido Popular venimos ofreciendo propuestas al equipo de gobierno de PSOE, Compromís y Podemos. Prácticamente desde el inicio del Estado de Alarma y el consiguiente confinamiento y cierre de toda la actividad económica. Pero la alcaldesa Amparo Marco siempre ha desestimado todas y cada una de nuestras propuestas, por el simple hecho de venir de la parte del PP. Una lástima. Porque ni hace, ni deja hacer.

Ni ayudas al alquiler, ni bonos al comercio, ni mejora de la accesibilidad al centro, ni campañas de promoción, ni bonificación de tasas e impuestos… Nada de nada. De hecho, las ayudas del Plan Resistir aún no han llegado, salvo una pequeñísima parte que la alcaldesa se ha encargado de liberar para poder tener su minuto de gloria en la propaganda, consciente de que no tenía nada que ofrecer a los vecinos en este último pleno de marzo. Para el grueso de los castellonenses, ni se sabe cuándo estarán.

La izquierda que venía a rescatar a los castellonenses tiene el dudoso honor de acumular ya más de 16.000 parados en la ciudad. Pero lo más grave de todo es que, además de no hacer, ni siquiera se molesta en escuchar. Es decir, ni lo más mínimo que se puede hacer, que es empatizar con los problemas de los castellonenses ni demostrar la más mínima sensibilidad.

La gota que ha colmado el vaso ha sido el nuevo sistema de videocámaras para penalizar la accesibilidad al centro, con multas que pueden alcanzar los 200 euros por infracción. Por eso los comercios del centro han recogido ya 3.000 firmas contra este sistema que, desde nuestro punto de vista, es un absoluto y rotundo abuso. Y por eso hemos alzado la voz y hemos pedido al Ayuntamiento que suspenda el funcionamiento de sistema. Tal y como ellos nos han solicitado.

El lunes, de nuevo, volveremos a estar a su lado. Los pequeños emprendedores del centro de la ciudad de Castellón necesitan nuestro apoyo. El futuro de muchas familias está en juego. No hay ni un minuto que perder.