David García. Vicepresidente de Ciudadanos de Centro Democrático (CCD) y Alcalde de Nules.
Sobran la mitad de catalanes. Este parece ser el comentario irresponsable de quienes la noche del domingo salieron a celebrar la victoria electoral: Junts pel Sí. Y parece que el resultado no les importe cuando, claramente, más del 50% de votos emitidos ha sido para partidos que NO abogan por la independencia.
El señor Artur Mas tendrá muy complicado formar gobierno con la división existente en el Parlamento y no se descarta la convocatoria de unas nuevas elecciones, que ya sería la cuarta cita electoral autonómica en solo 5 años. La ley electoral actual me parece muy injusta y repercute en tener una representación que no es real y proporcional. Me explico. Sin la ley d´hont y con una sola circunscripción, Junts pel Sí hubiera logrado 55 escaños y no 62; PSC, CUP y la marca blanca de Podemos hubiesen obtenido un escaño más. Además, Unió y PACMA entrarían en el parlamento con 3 y 1 respectivamente. El sistema d´hont premia a las grandes formaciones, especialmente en las múltiples circunscripciones. Además, en Cataluña, la actual ley electoral beneficia a Lleida y Girona, provincias con el censo más reducido y donde tradicionalmente los partidos nacionalistas tienen más peso.
La participación en estas elecciones ha sido del 77,44%, lo que significa que a un 22,56% de los catalanes, les ha dado igual lo que pudiese pasar a partir de ayer. Les ha dado igual si unos pocos, en nombre de todos, declaraban de forma unilateral la independencia (con las consecuencias correspondientes). Y es preocupante que un número tan significativo de ciudadanos decidan no participar. En democracia el voto es nuestra mejor arma para hacer valer nuestra opinión y cambiar las cosas cuando no nos gustan.
Dejando de lado el breve análisis del resultado y de la participación, nosotros no creemos que sobre nadie. Todos son necesarios para sumar y construir, dejando de lado las divisiones y las fronteras. Irresponsables unos por intentar conducir un pueblo al precipicio, pero irresponsable también quien han creído que los problemas se solucionan por sí solos. Y algunos de ellos se hace llamar Presidente del Gobierno. Lamentable.
