El sábado pasado fue un día emocionante ya que todos los municipios de España debían configurar formalmente la composición de sus Ayuntamientos.
La victoria que se preveía del PP se ha confirmado al lograr la vara de mando en 3.200 localidades lo que representa el 40% de los Ayuntamientos, más de 22 millones de habitantes, casi la mitad de la población de España.
Más de 30 capitales de provincias han quedado en manos del PP. Por el contrario, el PSOE ha quedado con menos de diez, la mitad que ocupaba hasta el 28M. La más importante de ellas, Barcelona, la ha logrado gracias al apoyo Popular.
En principio eran 140 los Municipios en que el PP iba a necesitar el apoyo de Vox para obtener la mayoría absoluta. Finalmente, en la mayoría de ellos fue posible recurrir a otras fórmulas por lo que el PP gobernará en solitario. A su vez Vox ha alcanzado el mando en una quincena de pueblos de mayor o menor entidad.
Tres han sido los Ayuntamientos que han acaparado mayor atención no solo por su gran población sino por la forma en que se alcanzó la decisión final.
En Barcelona todo parecía indicar que sería Javier Trías, exalcalde desplazado del consistorio por Colau hace ocho años, quien iba a alcanzar el mando por haber obtenido mayoría simple. Su principal rival era el socialista Collboni quien necesitaba los apoyos de Colau y de Sirera (PP) para batir a Trías.
El PP tuvo la difícil alternativa de escoger entre dar el mando a un hombre moderado pero miembro de JXCAT, el partido de Puigdemont y a fin de cuentas un separatista o apoyar a su rival del PSOE con el riesgo de que pactara con la impresentable Colau. Optó finalmente por apoyar al PSOE con la condición de que Colau no entrara en su gobierno. El PP ofreció así la única gran victoria que Sánchez obtuvo en estas elecciones y demostró que no solo estaba preparado a negociar con la derecha sino también de hacerlo transversalmente.
En Valencia, María José Catalá prefirió regir el Ayuntamiento en solitario, sin pactar con Vox pese a no contar con mayoría absoluta. Lo mismo hicieron los alcaldes de Alicante y Castellón. Los tres tendrán que negociar mucho en los próximos años para sacar adelante las decisiones minoritarias de gobierno.
Mucho más llamativa ha sido la negociación express que emplazó a Carlos Mazón en la Generalidad Valenciana pactando con un líder de Vox cuestionado -Carlos Flores-, pronto sustituido por el ex torero Vicente Barrera a quien cedió una vicepresidencia amen de dos concejalías y la presidencia del parlamento valenciano.
La directiva de Genova hubiera preferido más calma en la negociación que, por muchas razones hubiera querido dejar hasta pasado el 23J. Con todo, la Comunidad Valenciana cuenta ya con nuevo presidente y nuevos Alcaldes que sin duda serán mucho más satisfactorios que los soportados en los últimos años, en especial en la capital valenciana.
En el País Vasco y en Navarra el PP ha tenido que hacer muestras de enorme flexibilidad para lograr que Bildu no accediera a ninguno de los municipios más importantes, aunque ello supusiera cederlos al PNV causante de la derrota de Rajoy en la Moción de 2018. De forma que, gracias al PP, Pamplona, Vitoria, Bilbao, San Sebastián y Durango han quedado en manos ajenas a Bildu aunque no sean las mejores manos.
Del triunfo arrollador del PP en Madrid cabría escribir otra columna, como también del mapa azul dibujado en Andalucía, la Comunidad Valenciana, en muchos puntos de las dos Castillas, en las islas, en Asturias y Cantabria. Para quien esto escribe, particular satisfacción proporciona la victoria Popular en Benicasim donde repite por cuarta vez Susana Marqués esta vez con mayoría absoluta, Carmina Ballester repetidora como alcaldesa de Onda ambas premiadas con un escaño en el Senado y Jorge Monterrey que ha recuperado para el PP la alcaldía de Burriana.
El gran resumen del día 17 es que las municipales han dado la gran victoria a la derecha y ya se sabe que quien gana en las Municipales siempre ha ganado también en las subsiguientes Generales.
