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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 14:20

Carabasómetro y Mentirómetro

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Vicente Vidal. Portavoz adjunto de Cs en el Ayuntamiento Castellón

Dicen que es de ser bien nacido el ser agradecido, y hoy para agradecer mi estreno en este espacio no he querido venir con las manos vacías, les traigo una idea que quizá puede sonar ridícula para algunos, extravagante para otros, para la mayoría surrealista… Sin embargo, para los que se paren a pensar y analizarla quizá les parezca una buena solución para el mejor ejercicio de la Democracia y el control de la res pública dentro de la misma legislatura.

El carabasómetro y el mentirómetro son dos detectores, el primero, de la torpeza y el segundo de la mentira, por tanto dos medidores independientes pero a su vez complementarios que deben ser instalados en las administraciones públicas para el control de sus responsables a cargo de una junta de evaluación de ciudadanos ajenos a cualquier partido. Para que todos me entiendan, lo que es un jurado popular en un juicio.

Para su funcionamiento, con la toma de posesión del cargo, el responsable público recibiría un talonario de 50 puntos descuento nominativos y personales para el carabasómetro y otro igual para el mentirómetro. Cada torpeza política o mentira detectada por la comisión de evaluación le restaría tantos puntos como acciones cometidas, detectadas y comprobadas. Cada X puntos menos, habría que establecer una sanción que vendría recogida en el Código Ético propio redactado por unanimidad y consenso de todos los agentes implicados. En el caso de agotar los puntos del talonario, la persona debería abandonar la vida pública, quedando inhabilitada para ostentar cualquier cargo público y dando paso al siguiente de la lista.

Con este mecanismo de control, los gobernantes no insultarían a la inteligencia de los ciudadanos, la Democracia no iría en detrimento,  la igualdad y la libertad no peligrarían en su totalidad y, por supuesto, el cumplimiento de las leyes estaría sobradamente garantizada.

Si os dais cuenta, muchos de los que hoy gobiernan, en la misma entrega del talonario de puntos, los habrían perdido todos. ¿Recuerdan cuántas veces han prometido la reforma de financiación para la Comunitat Valenciana? ¿Recuerdan cuántos han dicho que venían a rescatar personas? ¿Recuerdan cuántas veces se ha prometido el Plan General  de Ordenación Urbana para Castellón? En Cs hemos dicho en sucesivas ocasiones que no estaría hasta 2021, cosa que ahora dudamos por los reiterados retrasos e incumplimientos en los plazos. ¿Recuerdan las promesas incumplidas a los vecinos de la Marjaleria? ¿Recuerdan que se le iba a dar más autonomía al Món de la Festa y recuperar las conclusiones del Congrés Magdalener?...Pues así podríamos seguir y no llegaríamos al final

Además, si contamos todas las amenazas vertidas en sedes plenarias fruto de la torpeza política de quienes la ejercen, el talonario del carabasómetro también se habría agotado. Por tanto, con este sistema, muchos representantes públicos habrían durado muy poco o nada en sus  sillones.

Pues esto es sólo una idea que podría funcionar. La sociedad avanza rápidamente y se adapta a las necesidades y exigencias del momento.

Esta idea es personal, porque yo soy un ciudadano como tú y en política no todo vale. Así que piensen, comparen y si tienen otra idea mejor, láncenla, pongámosla en común. Quizá luego sea demasiado tarde.

Ay este Castellón mío, este Castellón nuestro… Ay ay.