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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 18:59

El veto ruso agudiza la crisis de la fruta en la epoca estival según la Unió de Llauradors

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La Unió de Llauradors considera que la crisis de precios en la fruta de verano ha llegado a un punto límite en el que resulta injustificada, incomprensible y cínica la inacción de la Comisión Europea al no activar las medidas extraordinarias contempladas por la Organización Común de Mercados (OCM) de frutas y hortalizas. Todo ello agravado por el veto ruso.

La Unió valora que el mantenimiento de los precios bajos en origen, en una situación de carencia de excedentes, sólo se explica por la presunta situación de abuso de posición de dominio que hace que los principales operadores de la gran distribución centroeuropea puedan, fácilmente, condicionar el mercado, para así poder continuar manteniendo los elevados márgenes de beneficio que consiguieron el año pasado debido al hundimiento de precios desde inicios de campaña. Todo ello agravado sin duda por el veto al mercado ruso hacia donde la pasada campaña enviamos desde la Comunitat Valenciana 22.000 toneladas de fruta con un valor de 23 millones de euros.

Esta campaña empezó con unos precios en origen de entre 35 y 40 céntimos de euro por kilo por los calibres inferiores (calibre B) durante la semana del 22 al 28 de junio, pero a la semana siguiente los precios ya bajaron 5 céntimos de euro por kilo, y a la tercera semana volvieron a caer hasta los 25 céntimos de euro por kilo. La semana del 13 al 19 de julio el precio ya había llegado a los 20 céntimos de euro por kilo y había hecho echar a la baja los precios de calibres superiores unos 10 céntimos de euro por kilo, situándolos a un precio de entre los 30 y 40 céntimos de euro por kilo.

El sector productor viene de una nefasta campaña de melocotón y nectarina en 2014 por solapamientos de picos de producción, una gran distribución que siempre echa a la baja y el agravante del veto ruso, e inició esta campaña con más demanda que oferta, pero que no se ha traducido en unos precios equilibrados, sino que se mantiene la situación de crisis grave de precios que provoca una perturbación del mercado. La continuidad de precios por debajo de los costes de producción hace inviable la actividad agraria de las empresas familiares agrarias, es decir, cuestiona la viabilidad del actual modelo productivo frutícola valenciano.

Ante esta situación La Unió pide a la Comisión que actúe de una vez y se decida a prohibir la comercialización de los calibres y categorías inferiores. También pide que se levanten de una vez las normas de la competencia sobre las organizaciones de productores para que puedan llegar a pactos concretos para equilibrar la balanza de la capacidad de marcar el precio, que ahora recae en la única mano de la distribución, es decir, en muy pocas manos que se acaban condicionando y creando situaciones de colusión tácita y abuso de posición de dominio que distorsionan el mercado. Estas dos medidas no tienen efecto sobre el presupuesto de la Unión Europea, y no se entiende porque la Comisión no las activa. Reclama así para el sector productor herramientas para poder ser más fuerte en las negociaciones comerciales con los distribuidores.

En este sentido, La Unió advierte que comparando los precios en origen y destino de la campaña actual y la campaña 2012 de melocotones y nectarinas por ejemplo los datos muestran que en 2012, mientras el precio en destino de los melocotones y las nectarinas rondó los 2,75 €/kg, el precio en origen se situaba alrededor de los 50 céntimos de euro por kilo. Este año el precio en destino no ha bajado de los 2,50 €/kg de media pero el precio en origen ha caído hasta los 20 céntimos de euro por kilo. O lo que es el mismo mientras que el precio en destino sólo ha bajado un 9% el precio en origen ha caído un 60%.

El primer año del veto ruso provoca 70 millones de pérdidas

Mañana cumple un año el bloqueo ruso a determinadas producciones agroalimentarias procedentes de la Unión Europea (UE), Noruega, Estados Unidos, Canadá y Australia. Las pérdidas económicas que han sufrido los agricultores valencianos durante estos doce meses ascienden a 70 millones de euros, según las estimaciones de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), debido tanto a las nefastas consecuencias que entraña la pérdida repentina del emergente mercado ruso –el tercero sólo por detrás de Estados Unidos y la UE– como por el colapso comercial y el consecuente hundimiento de los precios en origen que provoca la acumulación de la producción que antes encontraba acomodo en Moscú y que ahora compite con la oferta de los mercados europeos.

“La agricultura valenciana, volcada a los mercados y a la exportación, es una de las más castigadas por el cierre de Rusia”, asegura el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado. “Las pérdidas directas e indirectas sobre el conjunto del sector agropecuario resultan aún más importantes de lo que en principio ya imaginábamos porque las distorsiones comerciales han terminado salpicando a toda Europa y a prácticamente todos los cultivos valencianos a lo largo del año”.

Los cítricos, con 34 millones de pérdidas en la última campaña a raíz del veto, constituyen la producción valenciana más damnificada. Los problemas de comercialización se agudizaron desde mediados de noviembre, coincidiendo con el solapamiento de las variedades mayoritarias en los mercados comunitarios, hasta bien entrado el mes de abril. Las cotizaciones que percibieron los citricultores resultaron un 4% inferiores a la temporada anterior, que ya fue una de las peores de la historia.

Los efectos del embargo moscovita también se han dejado notar en el caqui, una fruta que en los últimos tiempos mantenía una rentabilidad sólida pero que en la pasada campaña sufrió un descenso de hasta el 15% de los precios en el campo. El ruso era un mercado cada vez más valioso para el caqui porque adquiría tamaños más pequeños que el centro y norte de Europa. Las pérdidas en este cultivo ascienden a 15 millones, si bien cabe añadir el impacto psicológico que supone romper una tendencia positiva en un cultivo en clara expansión tanto en términos de producción como de consumo y comercialización.

De igual modo, la gran mayoría de las frutas de hueso y las hortalizas producidas en el campo valenciano han encontrado saturaciones puntuales de oferta en los mercados mayoristas europeos ante la prohibición rusa. Los precios de melocotones, nectarinas y paraguayos españoles se desplomaron más de un 50% nada más conocerse las primeras cancelaciones a Rusia. Y actualmente la caída de cotizaciones en algunas frutas y hortalizas valencianas alcanza el 25% en comparación con el periodo anterior a la crisis. Según AVA-ASAJA, las pérdidas ascienden a 11 millones en frutas de hueso y 2 millones en hortalizas.

La ganadería valenciana tampoco ha escapado a la incidencia negativa de esta coyuntura internacional. El porcino es la cabaña más afectada ya que el exceso de oferta de carne de cerdo que existe en Europa al no poder exportar a Rusia no sólo está provocando el hundimiento de los precios por debajo de los costes de producción sino que además está desatando inaceptables ataques protagonizados por ganaderos franceses contra camiones que transportan tanto porcino español como de otras procedencias. Las pérdidas globales en el sector ganadero valenciano superan los 8 millones de euros.

Según Cristóbal Aguado, “la Comisión Europea no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Ni es capaz de solucionar por la vía diplomática un conflicto de raíces políticas, ni está dando a los agricultores y ganaderos europeos unas medidas compensatorias suficientes para paliar los perjuicios económicos directos e indirectos que sufren a causa del veto ruso. Y para rematar la cosa, resulta totalmente arbitrario que Bruselas discrimine en estas ayudas a productos tan sensibles y castigados como el caqui, el melón, la sandía, la berenjena o la lechuga”.