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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 23:00

Una deuda pagada

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Patricia Mir. Periodista

El pasado 18 de mayo se cumplió un año del fallecimiento del pintor y, sobre todo, del amigo, Lorenzo Ramírez. Tras este primer año de luto que a muchos nos ha pasado en un suspiro -pues todavía creemos verle con su caminar rápido y su contagiosa sonrisa por nuestras calles-, sus amigos hemos querido hacerle un doble homenaje con el apoyo de la Diputación de Castellón y el Real Casino Antiguo de Castellón. Por un lado, una exposición con algunas de sus obras más emblemáticas en el salón de la chimenea de su querido Real Casino Antiguo de Castellón. Vaya por delante mi agradecimiento a su esposa María Elvira, y a sus hijas Ana y Paula, por brindar tan generosamente su colección privada; al presidente de la institución Marco Esteve, por ser el primero en impulsar este reconocimiento y a Felipe Usó por poner su profesionalidad y cariño en este proyecto. La muestra es un repaso por algunas de sus series pictóricas más conocidas, además de incorporar sus últimas incursiones en pintura sobre cerámica y pañuelos de seda. El Patronato ha cedido además el trofeo y el original del cartel anunciador del concurso de pirotecnia. La exposición podrá visitarse de forma libre gracias al Casino hasta el próximo 23 de junio.

La segunda parte del homenaje es un libro que tiene su justificación en un momento bien distinto. Hace algunos años Lorenzo Ramírez me pidió que coordinara la publicación de un libro donde quería, sobre todo, que escribiesen sus amigos. Hicimos una primera lluvia de ideas donde me sugirió algunos nombres que aparecen en estas páginas. El propósito del volumen era que aquellas personas que él admiraba hablasen sobre su obra y su persona. El tiempo pasó y compromisos por ambas partes dilataron el inicio del proyecto. En la Magdalena de 2017, dos meses antes de que nos dejara, acordamos que nos pondríamos en serio con el libro…

En este homenaje póstumo hemos querido respetar el formato que el propio Lorenzo planteó a modo de recopilación de escritos, aunque el sentido de los artículos ha cambiado sustancialmente. Todas las personas que han querido dejar por escrito sus emociones y sentimientos han coincidido en destacar los rasgos de Lorenzo como un hombre de una inmensa generosidad, simpatía, con un profundo amor por su mujer y sus hijas (y ese nieto que apenas pudo venerar), hombre de convicciones religiosas y profunda fe, en especial por la Lledonera,  leal con sus amigos, ilusionado por cada empresa artística en la que se embarcaba y embarcada a cuantos tenía alrededor, comprometido con las tradicionales y fiestas de esta provincia y un largo etcétera que mis colegas irán desgranando línea a línea. Mi profundo agradecimiento a todos ellos por abrirse en canal, por compartir anécdotas, por honrar la memoria del amigo y, sin saberlo, por cumplir con uno de sus proyectos más personales.