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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 11:27

Las pequeñas deudas pueden provocar grandes obstáculos a la hora de pedir un préstamo o una hipoteca

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La mitad de los ciudadanos que figuran en una lista de morosos está en ella por el impago de un préstamo personal

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Los ciudadanos que estén en las listas de morosos aunque sea por una pequeña deuda, pueden llegar a tener graves problemas a la hora de pedir un préstamo o una hipoteca. Una deuda de 50 euros con una compañía de telefonía o un descubierto en la cuenta basta para que una empresa ponga a la persona en cuestión dentro de su lista de morosos. Así pues, las entidades financieras, antes de conceder un préstamo, investigan la situación económica del cliente.  Si el solicitante de un préstamo está dentro de alguno de estos ficheros, tendrá menos posibilidades de conseguir el crédito, aunque cuente con altos ingresos.

El 53% de los ciudadanos que figura en una lista de morosos está en ella por el impago de un préstamo personal. El 40% está por deudas relacionadas con tarjetas de crédito y el 18% por descubiertos en cuentas. Fuera de las entidades financieras, el 40% de los morosos tienen deudas con compañías de telefonía y el 9% por impagos en las facturas del gas o la electricidad. Dentro de este último segmento, el 50% tiene otras deudas.

Las entidades financieras son las que acumulan el mayor porcentaje de morosos. Las deudas de los ciudadanos proviene de la pasada crisis financiera y el problema está en las dificultades que aún tienen algunos de estos ciudadanos a la hora de abonar las mensualidades de su deuda y por consiguiente, no poder amortizarla.

Los fines más comunes para los que se han pedido préstamos (que ahora se encuentran en la lista de impagados) son: viajes, un coche nuevo e incluso el pago de otra deuda anterior. 

Los menores de 30 años, los más reincidentes en deudas

Por su parte, aquellos que tienen entre 18 y 30 años se muestran como los más reincidentes en deudas.  De media, tienen 3,3 deudas por persona y suponen el 12% del total de morosos. 

Dentro de este grupo de ciudadanos, el 36% está en una lista de morosos por una deuda relacionada con un préstamo personal, le siguen las deudas con los minicréditos (21%) y las tarjetas de crédito (21%). Finalizan el listado las empresas de telefonía (13%), la financiación de consumo (6%) y los descubiertos en cuenta corriente (3%).

La aparición de Internet, con su consumismo desbordado de productos tecnológicos, y también el aumento de las apuestas deportivas o los juegos en red son algunas de las razones por lo que este rango de edad (mucho más expuesto a todos estos factores) figuran en la cabeza de esta lista. 

El problema reside en que estos jóvenes, con el nivel de sueldos actuales, tendrán muchas dificultades para afrontar estas deudas. Además, hay que tener en cuenta que estas deudas probablemente se alargarán varios años y mermarán sus futuros proyectos. 

Clasificación por franjas de edad

El porcentaje más elevado de morosidad lo tienen los españoles entre 31 y 40 años. Concretamente suponen el 36% del total. Dentro de los motivos por los que están dentro de los ficheros de morosos destacan las compañías de telefonía (32%), le siguen los préstamos personales (26%), las tarjetas de crédito (15%), los descubiertos en cuenta (15%), los minicréditos (7%) y por último la financiación de consumo con un 5%. La tasa de reincidencia  en este grupo de edad está en el 2,3 deudas por persona.

El segundo grupo de edad con más deudas son los encuestados de entre 41 y 50 años. Estos ciudadanos suponen el 34% del total. En este segmento de población, los préstamos personales (40%) son la principal fuente de deudas dentro de las listas de morosos. Le siguen las tarjetas de crédito (38%), las empresas de telefonía (11%), los minicréditos (10%) y con un 1% otros motivos. En este caso el número de deudas por individuo se sitúa en 2,9. 

En la franja de edad siguiente (51-60 años) baja considerablemente el número de morosos, ya que  solo suponen el 12%. El número de deudas cae hasta dos por encuestado. En este caso, la financiación del consumo (25%) es la principal causa por la que estas personas se encuentran en una lista de morosos. Le siguen los préstamos personales (20%) y las tarjetas de crédito (20%). Con porcentajes más bajos encontramos los minicréditos (15%), las empresas de gas y electricidad, las empresas de telefónica (5%) y los descubiertos bancarios (5%). 

Las deudas de gas y electricidad se disparan entre los mayores de 61 años

En las listas de morosos también se pueden encontrar personas mayores de 61 años, que suponen el 6% del total. El principal motivo por el que están en estos ficheros es el impago a empresas de telefonía (33%) y a compañías de gas o electricidad (24%). El resto de deudas se reparte de la siguiente manera; tarjetas de crédito 15%, préstamos personales 14%, descubiertos en cuenta 10% y financiación de consumo 4%. Este tipo de ciudadanos tiene 2,3 deudas por persona. 

La crisis económica provocó que las personas mayores tuvieran que asumir gastos extraordinarios para pagar servicios básicos de sus familiares cercanos. A esto se ha sumado la agresividad de venta de productos energéticos, es más, ésta ha tenido que ser regulada y en algunos casos incluso prohibida, cuando a la persona a la que se le presenta la propuesta de venta o cambio de compañía tenía cierta edad. Por ello, han aumentado exponencialmente las anotaciones en ficheros de solvencia a ciudadanos mayores de 61 años por parte de empresas energéticas o comercializadoras. 

¿Cómo salir de una lista de morosos?

Cualquier empresa puede meter a un ciudadano en uno fichero de morosos. Basta tener una deuda superior a 50 euros para que estas compañías actúen de esta manera con el fin de cobrar su deuda. Igualmente, son las entidades financieras quienes más usan los ficheros de solvencia.

Además de ser las que más ciudadanos incluyen en los ficheros de morosos son las que ponen más dificultades para salir de ellas. El problema radica en que estas empresas pueden demostrar la deuda que reclaman y se han ajustado a la ley para registrar al ciudadano en el fichero de solvencia patrimonial.

A esto se une otro problema: algunas de estas empresas están registradas en otro país, algo que suele ocurrir en el caso de minicréditos o cuando la empresa a acudido a una compañía de recobros. Esto impide al ciudadano reclamar sus derechos ante estas prácticas.

Hay órganos judiciales competentes a los que acudir si esto es demostrable pero el importe de las cantidades que reclaman individualmente normalmente desaconseja este procedimiento por su elevado coste y escasa agilidad.