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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

La estacionalidad nos domina

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Enrique Domínguez. Economista

Cuando analizamos el comportamiento del paro registrado en la provincia de Castelló en el mes de marzo, lo primero que se aprecia es su variabilidad. No es un mes en el que se pueda señalar a priori que va a ser favorable o no al descenso del número de personas paradas. De los últimos veinticinco años, en diez, incluyendo 2019, se han registrado retrocesos y en el resto, incrementos.

Pero lo que sí sobresale es el reducido descenso en este mes de marzo respecto al de 2018. ¿Qué ha ocurrido para que de 1.175 personas menos en marzo de 2018 respecto a febrero se haya pasado a 324 menos doce meses después? Lo que ha pasado ha sido las fechas de la Semana Santa.

En 2018, curiosamente, el domingo de Pascua fue el 1º de abril con lo que las contrataciones de cara a esas fiestas se llevaron a cabo en marzo y, de ahí, el mayor descenso en el número de parados el año pasado.

Es bueno indicar esto porque estas cifras se prestan a ser utilizadas como armas arrojadizas en la inminente campaña electoral.

Pero la estacionalidad sigue ahí, casi inamovible a pesar de loables intentos para ampliar la campaña turística que es la que más posibilidades tiene de mejorar la cifras de parados a corto y medio plazos. Pero no es una tarea fácil, como hemos indicado en otras ocasiones, por la fuerte dificultad en identificar los productos turísticos, en coordinarlos, en ofrecerlos en una única web permanentemente actualizada y, lógicamente, en invertir para crear más plazas hoteleras y más personal mucho más formado. Cuando uno viaja a otras zonas turísticas de la Comunitat Valenciana o andaluza se da cuenta de lo mucho que falta por hacer.

Pero, volvamos a la cifras de parados en marzo respecto a igual mes del año precedente. Se constata que, además de la razón esgrimida para indicar el por qué del menor descenso este año, cada vez es más difícil reducir el montante de personas paradas. Siempre respecto a similar mes del año anterior, en 2015 el descenso fue de 5.991, en 2016 de 7.125, en 2017 de 4.667, en 2018 de 5.581 y en 2019 de solo 469 personas.

La formalización de contratos también refleja claramente esa estacionalidad. Se ha producido un incremento del número de contratos respecto a febrero aunque Castelló ha sido la 31ª provincia, en términos porcentuales, en cuanto a incremento; en cambio, ha sido la provincia con mayor retroceso en número de contratos formalizados respecto a marzo del 2018. Otra vez la estacionalidad ya apuntada. Lo mismo ocurre con el montante de contratos del primer trimestre de este año respecto al de 2018: se contrae un 5,4% frente a avances del 4% en España y un ligero descenso en la Comunitat Valenciana del 0,13%, con avances en València y descensos en Alacant.

Sin embargo, la provincia de Castelló sigue siendo la quinta provincia española, tras las Illes Balears, Madrid, Girona y Barcelona, en cuanto al peso de la contratación indefinida: 14,7 contratos de cada cien lo son frente a 11,5 en la Comunitat y 10,3 en España.

También la afiliación a la Seguridad Social refleja el efecto de la estacionalidad. Castelló es la cuarta de las siete provincias en las que la afiliación disminuye respecto a febrero; baja en 218 personas con retrocesos relevantes en el régimen general (únicamente en el sistema especial agrario -1.169 personas-) y ligeros en el régimen del Mar (-5-) y en el sisema especial del hogar (-13). Se incrementa la afiliación de los autónomos (+278 personas) y el régimen general en sentido estricto (+691).

Marzo no es un mes significativo por las razones apuntadas pero sí es un síntoma de la fuerte estacionalidad de la economía castellonense. ¿Serán los políticos capaces de reflexionar sobre cómo hacer frente a este problema o solo se utilizaran las cifras para atacar al oponente? ¿Qué opinan ustedes?