Enrique Domínguez. Economista
El paro registrado ha vuelto a su comportamiento casi habitual en los últimos veintiocho años. ¿Significa eso que la normalidad está regresando después de más de un año de pandemia? ¿Por qué se ha producido este descenso en el número de personas paradas, a diferencia del mes precedente?
Hay que señalar que desde 1994 solamente se han manifestado aumentos en el número parados registrados en mayo en 1996, 2004 y 2005, 2008 y 2009 y el año pasado. Y el por qué de este descenso este mayo es claro: la reducción de las limitaciones a la actividad económica, sobre todo en la hostelería.
Y hay que indicar que, a pesar de las personas que han incumplido las normas mínimas de comportamiento, el avance del proceso de vacunación ha permitido que se mantenga estable en la Comunitat el número de contagios por cien mil habitantes y descienda en el con junto del país.
Por sectores, el 75,6% de la disminución del paro se ha dado en servicios y, en otro orden de cosas, el 67,8% de los contratos formalizados este mes se han registrado también en los servicios, principalmente en hostelería.
Se ha registrado también un descenso del paro en industria y construcción, lo cual refleja la dinamicidad de estos dos sectores que no dependen de la afluencia de visitantes y sí de la evolución de la actividad económica, que parece más dinámica y, sobre todo la industrial, creando empleo más estable.
La hostelería y el sector turístico en general en la provincia es la actividad que crea empleo y en más cantidad a corto plazo, pero también es la que más rápidamente lo destruye si las cosas van mal dadas; y casi siempre es un empleo temporal de baja calidad y con poca formación en calidad de servicio o en riesgos laborales.
¿Este comportamiento es flor de un mes o ha venido para quedarse? En mi opinión, ha venido para quedarse, al menos un par demeses sobre todo por el proceso de vacunación, pero también unido a la estacionalidad de nuestra economía.
Si, como parece, continua a buen ritmo la vacunación y no sedan nuevos brotes de variantes de este virus que obliguen a mayores controles, la actividad turística, a menor ritmo que antes de la pandemia, seguirá en junio y julio con descensos en el número deparados y, posiblemente, en agosto, y con reducciones de las personas paradas desde septiembre a diciembre por la campaña citrícola.
¿Es esto lo que necesita la economía castellonense para ser una economía con futuro? Bueno es que volvamos poco a poco al ritmo habitual en la actividad de nuestros sectores, pero es, al menos peligroso, quedarnos con querer alcanzar o mejorar los datos de 2019. Y lo es porque los sectores económicos castellonenses son sectores maduros, con creciente competencia internacional y con pocos visos de querer actuar ante esa competencia dirigiéndose a clientes de estratos superiores de renta. Para eso, no solo es necesario un mínimo de masa crítica entre la clase empresarial sino un máximo de ideas claras en la clase política que entienda que el futuro debe prepararse con debates y consenso y con proyectos a varios años vista y no hasta las siguientes elecciones.
Por eso, creo que estas cifras del paro registrado en Castelló van hacia una normalidad que puede ser buena a corto plazo, pero si se queda en eso, será un grave peligro para el futuro. Y lo mismo cabe decir y, con al menos, la misma rotundidad, para la economía regional y la española. Nos jugamos mucho. Y que el paro descienda no significa que todo va mejor. Cuidado. ¿Y usted qué opina?
