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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 19:48

Cerrojazo

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Alejandro Marín-Buck. Portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Castellón.

Parece ser que la única solución que son capaces de proponer nuestros gobernantes para controlar la segunda ola de la Covid-19 es ir limitando cada vez más la actividad económica, en esta ocasión han puesto el foco en restauración y ocio de las ciudades, estigmatizando un tipo de negocio que ha sido uno de los grandes perjudicados durante el Estado de Alarma, y que ha sabido adaptarse a la situación actual de la pandemia, invirtiendo sin apenas ayudas y apoyo en medidas de higiene y distanciamiento para poder salvar su actividad económica y evitar el cierre de su negocio.

Esta resiliencia se da de bruces contra normativas escasamente justificadas y sanitariamente poco avaladas que la administración insiste en ponerles en su camino y que dinamitan su actividad, limitando aforos, mesas, sillas y horarios.

Podría justificarse hace siete meses, cuando desconocíamos al SARS-Cov-2 y carecíamos de métodos de detección suficientes, que se tomaran medidas preventivas excesivas, con un Estado de Alarma que confinó a todo un país, y que ha repercutido en nuestra economía de tal manera que lideramos los peores rankings Europeos en deuda, disminución del PIB, aumento del paro,... y que deja una herencia económica deplorable que arrastraremos lamentablemente décadas hasta que podamos equipararnos al resto de países europeos, ya que todos están sufriendo los estragos de la pandemia, pero curiosamente sus datos económicos no son para nada tan nefastos como los nuestros, ¿será porque aplican distintas medidas que no condicionan tanto la economía de sus países?, sea como fuere, desde luego lo que nos demuestran es que se puede hacer las cosas de otra manera siendo más eficaces y sin condicionar tanto la economía del entorno.

Hoy por hoy y a la espera de una vacuna eficaz y que pueda llegar a todos, hemos aprendido que las medidas más eficientes para evitar el contagio de la Covid-19 son el distanciamiento social, el uso de mascarillas, el lavado de manos y la estancia al aire libre.

Un ejemplo de mala gestión es lo sucedido con los negocios de hostelería que se encuentran en la zona ZAS de Castellón. Estos negocios han podido subsistir gracias a las mesas y sillas de sus terrazas, ya que permiten cumplir con mayor facilidad las normativas sanitarias, y son bienvenidas por los usuarios habituales que les permite disfrutar de su servicio con cierta tranquilidad.

Esta semana han recibido una notificación referente a la utilización de ocupación de vía pública, en la que basándose en la aprobación hace ahora dos años de la actualización de régimen de medidas correctoras de la zona ZAS, les impone reducir el número de mesas y sillas de forma errática para cumplir con lo establecido, y que no tiene nada que ver con medidas Covid-19 como a priori se interpretaría. Para muchos de estos hosteleros reducir de 15 a 4 mesas en sus terrazas como impone esta normativa, supondrá la quiebra y el cerrojazo definitivo de sus negocios, algo del todo incomprensible ya que precisamente los datos científicos avalan el consumo al aire libre evitando espacios cerrados para reducir así los contagios, es decir, van en total contraposición a lo que se debería de hacer, ridículo se mire por donde se mire. El cierre de estos negocios supondrá además la estocada final a la vida comercial del centro de la ciudad, ya de por si mermada por la situación actual, lo que repercutirá directamente en los comercios de la zona, ya que viven en perfecta simbiosis unos de otros.

Señora Alcaldesa, a ver si entiende lo que está sucediendo, la gente seguirá quedando con los amigos, y si limitamos estos espacios públicos al aire libre, se trasladarán a sus casas empeorando la situación, con reuniones no controladas, aumentarán los contagios, disminuirá el consumo, cerrarán los negocios y la economía en general seguirá su tendencia de caída en picado.

Desde Ciudadanos proponemos todo lo contrario, permitir a la hostelería aumentar su capacidad de mesas y sillas en espacios públicos abiertos para garantizar el distanciamiento entre mesas, lo que permitirá el consumo responsable, se podrá comprobar el cumplimiento de las normas sanitarias y sobre todo permitirá que este tipo de negocios continúe con su actividad, ya que hoy por hoy no han demostrado que sean las fuentes de contagio ni mucho menos.