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miércoles, 24 de abril de 2024 | Última actualización: 00:11

Periodismo y democracia

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Basilio Trilles. Periodista y escritor.

Winston Churchil salió de la academia militar de Sandhurst con el despacho de oficial y se largó a Cuba, como corresponsal de guerra, enviado por  ‘The Daily Graphic’, cubriendo el conflicto desde el bando español. Después continuó como plumilla en Sudáfrica, mandando noticias sobre la segunda Guerra de Los Bóers. Aunque llevaba el periodismo en vena, pronto se reincorporó al Ejército y comenzó a preparar el desembarco en la política. El declarado Personaje del Siglo XX,  algo debió ver claro sobre el futuro profesional, y es que el de periodista, salvo contadas excepciones, siempre ha sido un oficio de soplar en caldo helado. César González Ruano, por poner un ejemplo, sobrevivía gracias a los sablazos; ni el olfato periodístico ni la grandeza con la que escribía eran garantía de una recompensa económica a la altura. Y así podríamos citar ejemplos hasta aburrir.

Con ocasión del Día dela Constitución,la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), ha distribuido entre los profesionales una chapa con el lema: “Sin periodistas no hay democracia”. Precisamente fue Churchill quien aseguró que “los periodistas son los perros guardianes de la democracia”, y Thomas Jefferson dejó para la historia una frase que a él mismo se le indigestó, en la recta final de su mandato como presidente de los Estados Unidos: “prefiero periódicos sin Gobierno, que Gobierno sin periódicos”. Claro, en tiempos tan revueltos, en los que no hay sector que se salve de semejante estropicio económico, la reivindicación de los periodistas puede parecer una pequeña polvareda en medio del desierto. Sin embargo, la precaria situación que en este país viven los profesionales de la información no se traduce simplemente en un problema económico/social, que afecta a personas y familias enteras. La coyuntura del sector periodístico va mucho más allá y concierne seriamente a la solidez de los pilares que sostienen  la democracia, fundamentada en el estado de derecho. Con una prensa debilitada, servil, manipulada, los ciudadanos están abocados a ir perdiendo en la pugna que cada día ejercen los poderosos.

En el Senado, el periodista Fernando Jáuregui le entregó a Mariano Rajoy una chapa con el enunciado: “Sin periodistas no hay democracia”. El presidente del Gobierno aceptó el elemento reivindicativo, pero lo guardó en el bolsillo, para enseguida asegurar que la frase decía verdad, aunque, eso, siempre les gusta argumentar a los políticos, no es el único elemento que garantiza la democracia. Hombre, don Mariano, eso ya lo sabemos, pero usted, habría demostrado mayor frescura y talante colocándose la chapa dela FAPEen el ojal de la chaqueta. Poco hay que esperar de los políticos, menos aún los periodistas.