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sábado, 20 de abril de 2024 | Última actualización: 22:37

¿Se repetirá la historia?

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Repasando todos los peores gobiernos sufridos en España a lo largo del último siglo y analizándolos tranquilamente, hoy podría asegurar sin temor a equivocarme que todos ellos, han estado presididos o articulados alrededor de las siglas del PSOE, es decir que al socialismo español le cabe el honroso deshonor de haber sumido en el caos a la sociedad española irremisiblemente.

Tan sólo se salvarían de este lamentable podio, los Gobiernos de Felipe González pese al borrón de su última legislatura que también le sobró a España.

La imagen de este señor como hombre de Estado, se ve ahora idealizada ante la insensatez, torpeza, irresponsabilidad, cinismo y vanidad personal de dos catetos insoportables que se han encumbrado al frente del PSOE e incluso del Gobierno de España en las dos últimas décadas, de una manera incompresible.

José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez entraran en la historia de España, como dos grises y funestos políticos encumbrados al frente del socialismo español y de nuestros Gobiernos, como consecuencia de las luchas internas dentro de su partido, en las que el enconado enfrentamiento entre los candidatos más preparados, propiciaron la llegada de los peores posible, a fin de tenerles durante un corto período de transición, que lamentablemente luego se alargó mucho más de lo previsto, por quienes les promocionaron.

No lamento el deterioro definitivo que a largo plazo le va a representar al socialismo, pero sí que me parece una canallada de consecuencias impensables para España, que entre estos dos catetos hayan situado a nuestra nación y sobre todo a nuestro Estado, en la calamitosa situación en la que nos encontramos.

El daño es ya irreversible, no solo económica y financieramente sino también socialmente, con una España sin valores éticos y morales para gobernar y buscar los apoyos parlamentarios constitucionales.

Hoy en España, marcan las políticas a seguir los peores enemigos de la misma, porque este funesto presidente ha decidido desde el principio de su legislatura incorporar a los comunistas, integrándoles dentro de su gobierno y se ha visto obligado a hacer todo tipo de concesiones a los tradicionales enemigos del estado español constitucional que son los independentistas y terroristas asesinos, a fin de poder seguir arruinando a España en cada medida que ha tomado para fortalecer a esos tres cánceres que acabaran con la que llegó a ser octava potencia industrial y económica del mundo a primeros del presente siglo.

El 'precursor' de tanto despropósito, fue Zapatero que inició el proceso de  destrucción de la España de la transición, desenterrando odios y muertos de hacía más de setenta años y blanqueado a asesinos contemporáneos y entregando a Cataluña el poder de decidir en la política territorial nacional en pago a haberle colocado al frente del PSOE, como si España fuera una propiedad exclusiva de este nefasto personaje de ópera bufa, que acabó proscrito y despreciado por todos.

Pero lamentablemente se le encontró acomodo como negociador Europeo para Venezuela y todas las desgracias que trajo a España, se las creó también a los venezolanos, para acabar él acumulando millones procedentes del narcotráfico chavista y madurista en connivencia con los “pseudo intelectuales de Podemos”.

Al final, Pedro Sánchez que tanto había vituperado tanto al régimen venezolano como a Podemos, ha pensado que le iría mucho mejor personalmente uniéndose a ellos y recibiendo su apoyo político y financiero que plantándoles cara abiertamente y ahora nos encontramos España y el resto de los españoles de bien, en esta traumática situación  de casi imposible solución, 'como el gallo de Morón' es decir 'sin plumas y cacareando' o sea sin recursos económicos o financieros para afrontar esta crisis , sin crédito en Europa ni en el resto del mundo y llorando a ver quién se apiada de nosotros.

Tanto Pedro, como Pablo y José Luis sin duda acabaran como acabaron Negrín, Carrillo, La Pasionaria y toda su cohorte de políticos socialistas y comunistas, cuando abandonaron España y a los españoles republicanos en 1939  al final de la Guerra Civil, en un exilio dorado, con un importante patrimonio acumulado y protegido fuera de nuestras fronteras, mientras arruinaban a España.

Aquellos se retiraron a Rusia o México y esto lo harán a Venezuela o a algún paraíso fiscal sin extradición.

Ellos han sido los defensores de las 'políticas de la muerte', resucitando innecesariamente una Memoria Histórica a la que ahora quieren llamar democrática, patrocinando todas las leyes abortistas y en pro de la eutanasia, en vez de defender las del derecho a la vida y la de cuidados y tratamientos paliativos que permitan una muerte digna.

Enterraran, resucitaran y volverán a enterrar a Franco todas las veces que haga falta, porque sin Franco no tienen soluciones que ofrecer a España y a todos sus problemas y sacándole del Valle de los Caídos, destruyendo ese maravilloso mausoleo de la reconciliación de todos los españoles, de un plumazo todos los problemas del paro, del hundimiento del tejido industrial productivo, de la agricultura y del turismo y en general todas las plagas que nos afligen y preocupan a los españoles, las tendremos solucionadas.

Es decir, después de estudiar detenidamente la Historia de España entre 1931 y 1936, sólo falta desterrar a nuestro Rey, empezar a quemar Iglesias y a matar a curas, monjas y creyentes y terratenientes o empresarios acomodados, para que volvamos al punto de partida y a los motivos por los que en 1936 se levantó el ejército contra el Frente Popular.

Los condimentos están todos servidos.

Sólo falta que los cocineros se decidan a encender el fuego, para que la hoguera permita volver a ese gran banquete de la locura y la estupidez.

La ventaja es que ahora estamos en Europa.

Pero hay que andar con mucho tiento, porque también Europa se puede hartar de la locura colectiva de la mayoría de los españoles y dejarnos de su mano.

Lo siento amigos, pero no puedo ser optimista.

Hasta la semana que viene y espero verlo todo mejor, pero lo dudo.