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martes, 23 de abril de 2024 | Última actualización: 18:56

Ramón Bueno y el Villarreal C.F.

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Esta semana quiero romper una lanza a favor de uno de los mejores canteranos del Villarreal Club de Fútbol durante las dos últimas temporadas.

Como socio del Villarreal y asiduo seguidor de los equipos de su cantera, llevo observando el excepcional rendimiento de este “joven veterano” internacional en todas las categorías juveniles de formación y al que su entrenador Miguel Álvarez le encontró la ubicación perfecta en el Villarreal B a principio de la temporada pasada.

En categorías juveniles siempre había actuado como defensa central y pese a su internacionalidad por las razones que yo desconozco, poco a poco su estrella fue palideciendo.

Era técnicamente impecable, solía salir siempre con el balón bien jugado y dominaba el juego aéreo.

Probablemente para sus primeros entrenadores al acabar su etapa juvenil, le podría faltar agresividad o rapidez en las coberturas, pero lo cierto es que por fas o por nefas, nunca tuvo la proyección mediática necesaria para dar el salto al primer equipo, ni el apoyo que sí han tenido tenido otros canteranos.

Casualmente con la llegada de Miguel Álvarez, y con las lesiones de Lomotey al principio de la temporada pasada, recurrió a Ramón como pivote defensivo en el centro del campo, convirtiéndose desde hace más de un año en el titular indiscutible en su posición, en el jugador de campo con más minutos disputados en su equipo, en el que apenas ha dejado de participar en un par de partidos por tarjetas, ya que su limpieza en el juego y sus recursos técnicos, así como su perfecta colocación, le han convertido en el peón imprescindible para el buen funcionamiento de la estructura defensiva de su equipo.

En cierto modo me recuerda el caso de Bruno, que tuvo que salir y volver al equipo posteriormente desde el Artana de su ciudad natal, para convertirse en el paladín de la cantera y ejemplo de la evolución de un canterano que acabó consagrándose con la camiseta amarilla y llegando a la selección nacional varias veces.

No quiero de ninguna manera equiparar la calidad y capacidad de Ramón con la de Bruno.

La de Bruno se ha demostrado más que fehacientemente a lo largo de muchos años, con su presencia en el equipo siempre, en las duras y en las maduras, porque se le dio la oportunidad de demostrar sus capacidades.

Lo que me preocupa, es que en las dos últimas temporadas, la posición de pivote defensivo del centro del campo del Villarreal, con la marcha de Rodrigo al Atlético de Madrid, se ha quedado huérfana.

Para esa posición de invirtieron bastantes millones en el fichaje de Iborra.

Luego ha actuado alternativamente como pivote defensivo e incluso como segundo delantero, para aprovechar su potente juego aéreo en segundas jugadas de ataque, con lo que siempre nos queda la duda de cuál es su verdadera posición.

Este año se trajo a Zambo Anguissa, un hombre con una capacidad de trabajo excepcional, una potencia física indudable pero con más tendencia a apoyar el juego de ataque, pese a tener muy poco gol, con lo que a veces pierde la posición en coberturas en defensa.

Existe una opción de compra con el Fulham inglés, pero es muy alta y no sé si podría reducir para convertirla en una inversión recomendable.

Y el resto de jugadores de medio campo del Villarreal, como Cazorla, Trigueros y Morlanes (más los de banda
como Moi y Samu Chukueze) todos tienen conceptos ofensivos perfectos, pero necesitan ese “tapón” por delante de la defensa, como eran Bruno o Rodrigo.

Para esa función, considero que el mejor dotado y preparado de todos los jugadores actuales en la estructura deportiva del Villarreal CF es Ramón Bueno, sin que hasta el momento se le haya dado ninguna posibilidad de demostrarlo en el primer equipo, aunque fuese de forma testimonial.

Conozco el problema de su edad, para poder subir y bajar con el primer equipo y me consta que Calleja hace un trabajo impecable con la cantera y debe de tener sus razones para no incluirle nunca en las citaciones.
Quiero hacer constar, que aunque él es de Burriana, nunca he hablado con él, ni me mueve ningún interés
especial al escribir esta columna.

Pero cada vez que presencio los partidos del Villarreal B, me encanta su juego, su serenidad, su inteligencia
posicional y su forma de colocar y ordenar a su equipo, que siempre hace mejores a sus compañeros.

Sólo mi cariño por el Villarreal y mi admiración por la sencillez y discreción con la que le veo desenvolverse en
el campo, me llevan a escribir esta columna.

Llevo mucho tiempo pensando hacerlo, pero nunca lo tuve tan claro como ahora.

No tengo la menor autoridad como técnico del fútbol, pero si llevo más de sesenta años viendo fútbol de élite
en todo el mundo.

La mía es la opinión de un aficionado, no de un “fan”. Me encanta este deporte y procuro verlo como un
deporte en el que la técnica y la táctica van unidas de la mano y se apoyan tanto en la inteligencia como en el
físico y en la psicología de futbolistas y equipos técnicos y por eso desde fuera opino sobre lo que veo, aunque me consta que Calleja y su equipo técnico disponen de mucha mejor información que yo para tomar las decisiones que toman.

¡ENDAVANT VILLARREAL!