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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 11:47

Polémico 2020

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Begoña Carrasco García. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón

Al 2020 le queda horas. Pasará a la historia como uno de los más tristes en materia sanitaria por culpa de la maldita pandemia del coronavirus, que ha puesto a prueba nuestra salud. Y por todas las consecuencias dramáticas que ha traído en lo económico y en lo social, con las economías domésticas muy tocadas por la falta de ingresos y familias rotas de dolor por los seres queridos que se han ido para siempre. El 2020 quedará atrás deseando que el 2021 nos depare un futuro mejor, de recuperación económica y prosperidad. Lo que no queda atrás, pese al cambio de año, son las polémicas del gobierno municipal, motivadas por su mala gestión, sus disputas internas y su falta de empatía.

El Ayuntamiento de Castellón se ha convertido en ‘La Casa de los Líos’. El enfrentamiento personal y político entre PSOE, Compromís y Podemos, que sustentan el pacto de gobierno, hace que se retrasen prioridades para Castellón en un momento especialmente complicado. Han sido incapaces de aprobar a tiempo el presupuesto municipal para 2021 y, teniendo en cuenta que el de 2020 se aprobó en septiembre, veremos cuánto tarda el de 2021. Sin presupuesto queda paralizada la inversión a cuenta de un presupuesto prorrogado, sin que se puedan desarrollar nuevas políticas sociales, tan necesarias ante esta nueva ola de contagios, estrictas restricciones y una presión sanitaria al límite.

A ellos, a los de l ‘Acord de Fadrell’ sólo les preocupa sus sillones y sus sueldos, esos que no dudaron en subirse un 52% nada más llegar y que todavía podrán subirse un 0,9% más gracias a Pedro Sánchez. Y debe ser que las cuantías anuales, de casi 63.000 euros para cada concejal del gobierno, y los más de 78.500 euros que cobra la alcaldesa, a algunos les saben a poco. El concejal socialista Jorge Ribes no se conforma y se autorregala bonos gratuitos de transporte promovidos desde su propia concejalía de Juventud. Él, que cobra 62.843 euros anuales, figura en la lista oficial por haberle tocado una tarjeta gratis para viajar en autobús y TRAM. Ha sido agraciado -igual que su novia, un asesor y otros ‘allegados’ de Juventudes Socialistas- mientras 158 jóvenes castellonenses se han quedado fuera. Además, mintió en sede plenaria al decir que su tarjeta era sólo para tenerla de recuerdo, que no estaba cargada cuando se ha demostrado que sí lo estaba. Y si la quería a título conmemorativo, ¿por qué su nombre, por cierto, con el orden de sus apellidos alterados, figura en la lista oficial de seleccionados?

Su actitud nada ejemplar y su nula empatía con quienes de verdad lo necesitan es más que reprobable. Sin embargo, ni él, ni la alcaldesa han sido capaces de dar explicaciones. El 2020 pasará, pero las polémicas se quedan, todavía darán mucho de qué hablar.