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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 08:13

Podemos: de sumar a dividir

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

El populismo de Podemos, que se generó en base a la insatisfacción y frustración de muchos españoles alimentada por una crisis económica fruto de la incompetencia del PSOE de Zapatero, fue creciendo alarmantemente en base a sumar en apoyo a sus presupuestos iniciales a todo tipo de descontentos.

No se trataba de sumar elementos homogéneos, sino de aglutinar alrededor de un líder bravucón y provocador, la insatisfacción de todos ellos a fin de obtener la mayor representación parlamentaria posible, cosechando en todos los terrenos fértiles y abonados por el descontento general.

Por eso generaron una convergencia muy heterogénea del nacionalismo catalanista de Compromís aquí en la Comunidad Valenciana (se que no iban en la misma candidatura, pero votaban siempre lo mismo y juntos), de las Mareas Gallegas en Galicia, de Ahora Madrid alrededor de la Juez Carmena en la capital del Estado, de Barcelona en Comú (2014) y después en Catalunya en Comú a partir del 2017 con el movimiento "okupa" de Ada Colau como base del mismo y otros grupos de la izquierda radical como la Izquierda Unida de Garzón que se incorporaron a Unidos Podemos y los "independentistas" y "filo terroristas" del Euskadi y la zona vascuence de la Comunidad Foral Navarra, a fin de poder conseguir todas las esferas de poder posibles en todo el territorio nacional con los "Anticapitalistas andaluces" también incorporados a la causa común de los morados.

Todos juntos llegaron a amenazar la supremacía del PSOE en la izquierda española, pero al no poder derrotarles, decidieron unirse a ellos y así se forjó el actual Gobierno del España, una suma de perdedores e independentistas cuyo único objetivo fueron sus propios intereses, en todo caso muy alejados de los del resto de los españoles.

Pero como en definitiva, en política hay que predicar con el ejemplo y como 'la mujer del César' no basta con decir que eres decente, sino que tienes que demostrarlo, por ese pequeño resquicio es por donde empezó el proceso de disgregación o desintegración de Podemos.

El "coletas vallecano" original, de piso subvencionado, orgulloso de sus orígenes y completamente entregado a ellos, fue sustituido por el aristócrata económico de Galapagar con un chalet espectacular de multimillonario en una de las zonas residenciales mas exclusivas de la capital.

Ese pequeño detalle, unido a los odios o antipatías que despertó entre quienes le cuestionaron su liderazgo y acabaron arrinconados en su partido (léase Carolina Bescansa, entre otras desdeñadas por el “macho alfa”) así como aquellos que se callaron para seguir “chupando de la teta institucional” hasta el final de la Legislatura como Errejón y Espinar, están contribuyendo a la “muerte anticipada y anunciada” del Podemos que hemos conocido hasta ahora, que en mi opinión va a quedar reducido a sus propias cenizas fruto de la vanidad y egoísmo de Pablo Iglesias y de la envidia y resentimiento de todos los que le auparon a su pedestal en un principio para proceder a la demolición del mismo a las primeras de cambio.

Definitivamente los intereses de Carmena, Ada Colau, Mónica Oltra, Carolina Bescansa, Teresa Rodríguez y demás disidentes de Pablo Iglesias no son coincidentes, porque hay tantos “egos” e intereses personales como personas, así que todos ellos tendrán que aceptar que hay que iniciar un nuevo proceso de recolocación de las piezas en el tablero del ajedrez político nacional y autonómico e incluso municipal.

Unos darán prioridad a mantener sus cargos municipales, otros a los autonómicos y los mejor preparados y más sujetos a sus ideologías, se centrarán en las elecciones generales, que se divisan a largo plazo en el horizonte electoral, pero que en definitiva van a ser las que recolocarán a cada uno en el lugar que se merece.

Ellos que empezaron aprendiendo a sumar, luego empezaron a restar poco a poco, después de haber multiplicando cargos públicos y empleos espléndidamente retribuidos para todos ellos, pero ahora parecen empeñados en dividir y mucho me temo que por ese camino van a perder mucho de lo que incomprensiblemente habían conseguido.

De momento el único que no ha abandonado a Pablo Iglesias entre sus incondicionales es Echenique y no estoy seguro si no lo ha hecho por no poder correr lo suficiente o porque al volver a ser condenado por segunda vez por no pagar la Seguridad Social de sus ayudantes, carece de fuerza moral para llevarle la contraria en nada y por eso aguantará hasta que acabe la legislatura, para poder pagar el piso de lujo que ha adquirido en el corazón de Madrid, en una zona exclusiva.

Pero para que quede constancia de que Podemos existe, Pablo Iglesias se hará visible, de momento negándole el voto favorable a los PGE del 2019 a Pedro Sánchez, con quien ha llevado viviendo una contradictoria relación de amor-odio desde 2015 hasta hoy, sin que parezca destinada esa relación a tener un final feliz, porque tanto el uno como el otro, están mas acabados en mi opinión que las maracas de Antonio Machín.

Los dos se han preocupado de asegurarse su futuro, olvidándose del resto de los españoles y de la misma España, y a lo largo de toda su Historia, España como Roma en la antigüedad:

“No paga a sus traidores”

Hasta la semana que viene.