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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

Vuelve la pasión del fútbol a Vila-real

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado

Temporada nueva, plantilla remodelada pero no todos los problemas que nos agobiaron la campaña anterior han podido solucionarse definitivamente.

Seguimos con carencias defensivas, falta más solidez y compenetración en el centro del campo por falta de acoplamiento de Zambo Anguissa, que quiere hacer demasiadas cosas y no se centra en recuperar y ceder el balón rápidamente, para no perder su posición y el equilibrio defensivo nunca, con lo que nuestros laterales no encuentran la cobertura imprescindible cuando se proyectan en ataque o se ven encarados en frecuentes dos contra uno en banda.

Y por ahí llegaron el sábado, los problemas más importantes pues de centros laterales llegaron los goles de cabeza con los que nos empataron un partido que a falta de un cuarto de hora para el final ganábamos por 4-2 y del mismo modo nos habían generado un penalti muy dudoso y un empate a dos  a balón rematado muy  raso, anticipándose Machis a Rubén Peña.

A partir de ahí el equipo funcionó perfectamente pues su potencia ofensiva es innegable  tanto por la lucidez de Calleja en la creación, la perfecta sincronización y sintonía en las penetraciones por banda izquierda de Quintillá con un Moi genial es todas sus acciones, que genero el penalti del primer gol, marco el segundo a asistencia de Quintillá y asistió magistralmente en el tercero a un Gerard Moreno tan trabajador como desacertado hasta el momento de marcar su gol, que volvía a ponernos por delante.

Poco después Samu culminó una jugada magistral para ajustar con su zurda al palo el gol que en aquel parecía ser el de la tranquilidad.

Y a partir de ahí, se descompuso el equipo que en el último cuarto de hora, sufrió lo indecible y acabo empatando como mal menor, porque después del empate donostiarra a falta de diez minutos, aun se les anuló a los vascos otro gol de cabeza en centro lateral por fuera de juego.

En portería Andrès empezó muy bien, pero acabó superado en los balones aéreos, en los que naufragró todo el sistema defensivo y en esos casos gran parte de la responsabilidad es del guardameta  al menos en los remates desde dentro de su área.

Nadie mejor que Calleja para conocer y enmendar los desajustes, tratando de que un Samu, sensacional en desborde de ataque, se sacrifique más en defensa ayudando a su lateral para evitarle excesivos riesgos a Peña y para ajustar la capacidad física y técnica de Anguissa a las necesidades del equipo e incluso a considerar la posibilidad de ubicar a Funes Mori o Iborra en la posición de pivote defensivo, hasta que se produzca el acoplamiento del recién llegado.

No hay que alarmarse, pero tampoco confiarse porque tenemos los mimbres adecuados para confeccionar un cesto europeo, pero para ello debemos empezar bien e ir progresando paulatinamente para recuperar la confianza.

Manu Trigueros y Baca apenas dispusieron de unos minutos en los que el equipo ya se mostraba desquiciado sin que pudieran reconducir la situación y Ekambi estuvo a su nivel aunque apenas recibió balones en condiciones para desbordar pues el equipo ya navegaba sin rumbo.

En resumen paciencia y de momento mucha ilusión de cara al partido con el Levante de la semana que viene, ya que los “granotas” que perdieron injustamente en Vitoria también saldrán muy motivados  y la semana siguiente nos visitará un Real Madrid en ebullición.

Me gusta la plantilla que se ha confeccionado y se puede confeccionar un equipo muy serio y equilibrado aunque ayer saliéramos del campo con un regusto amargo porque en un cuarto de hora se desperdició el esfuerzo y resultado acumulado en los cinco cuartos anteriores.

Solo falta ajustar el juego aéreo, lo cual no debe de ser insoluble, con jugadores de la talla de Albiol, Pau, Funes Mori, Anguissa e Iborra, cinco torres utilizables por delante de un portero como Asenjo que siempre destacó positivamente en ese sentido.

Tapando bien las bandas con más sacrificio en defensa por parte de los dos centrocampistas de banda  y el apoyo estratégico del pivote defensivo, a partir de ahí sobran recursos válidos para generar los goles suficientes para ganar los partidos.

Pero es fundamental comprender, que los partidos y los campeonatos se suelen ganar desde defensas sólidas y bien articuladas, que permitan atacar con soltura y velocidad y de eso los amarillos van sobrados.

No ha sido el mejor principio, pero al Villarreal le sobran argumentos para volver a Europa o al menos para no sufrir como se hizo la temporada anterior.

Hasta la semana que viene amigos.