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martes, 16 de abril de 2024 | Última actualización: 22:07

Los asesores de Nerón

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Luis Andrés Cisneros

Corría el mes de julio del año 64, cuando se produjo un pavoroso incendio que dejó Roma reducida a cenizas, según el historiador Dión Casio dos terceras partes de la Ciudad Eterna se consumieron por el fuego; mientras que, para el también historiador Tácito, la destrucción fue algo menor. Fue, sin ninguna duda uno de los hechos históricos de la antigüedad más renombrados.

Según los documentos de la época, todo apunta a un capricho de Nerón, por aquel entonces emperador todopoderoso, que lo provocó debido a un propósito muy claro; destruir la ciudad para, sobre sus cenizas, reconstruirla de nuevo. Al incendio provocado de forma intencionada, ahonda el comportamiento del Princeps Romano, al proceder Nerón a contemplar el dantesco incendio, aprovechando para cantar el poema Troiae Halosis (Hundimiento de Troya), compuesto por él mismo.

No obstante, la historiografía moderna, atribuye este hecho a un accidente fortuito que se inició en el circo Máximo y se propagó con inusitada rapidez debido, según Tácito, a la gran cantidad de material fácilmente inflamable que encontró a su paso (tenderetes y puestos callejeros) ‘Allí, por las tiendas en las que había mercancías idóneas para alimentar el fuego, no había por medio casas protegidas por recintos resistentes, ni templos rodeados de muros, ni cosa alguna que pudiera representar un obstáculo» (Tácito, Ann., XV, 38, 2-4). También se sumó el fuerte viento reinante esos días, así como la confusión, el pánico, el terror y la desorganización lo que constituyó una amalgama de factores desencadenantes.

Si nos atenemos a la versión más conocida; la mano pirómana de Nerón, cabe preguntarse ¿Tenía asesores que se lo aconsejaron? ¿Tenía enchufado a algún asesor llamado Lucius Circum (Iván Redondo) que diseñó la estrategia? o ¿Fue una idea de la corte de asesores del Domus Aurea (equivalente de La Moncloa de hoy en día? claro, con las Leyes de Memoria Histórica vigentes, es posible que nunca se sepa.

Si el actual Desgobierno de España tiene en cartera a 777 asesores, imagínense la de barbaridades que pueden aconsejar, de las cuales estamos asistiendo a un granado ramillete de leyes, decretos, y ataques liberticidas contra los españoles. Es imposible que todas esas nefastas ideas salgan sólo del Presidente o su corte pretoriana, su capacidad de pensar no les da para tanto.

Quiero aportar un dato curioso, en el año 2011, la cifra de asesores del Gobierno de España, era de 123. Claro, ese número de ‘enchufados’, dejaba fuera a demasiados amigos, familia y otros beneficiarios. Había que hacer algo. Menos mal que llegaron Petri y Pauli y encontraron la solución: crear una agencia de colocación para sus amiguetes.

Todos estos ‘chupópteros’ nos cuestan a los españoles 55,8 millones de euros anuales. Además, sus nombres no aparecen por ningún sitio. Y si acaso, dicen alguno, ocultan su currículum ya que, como no es necesaria ninguna trayectoria ni mérito para ocupar el puesto, se niegan a darlo ¿Con qué adjetivo calificamos a esta sinvergonzonería?

Por si faltaba algo, mientras los sueldos de los españoles, incluidos los funcionarios, se encuentran bajo mínimos o, en muchos casos, son inexistentes, todos los asesores, directores generales, secretarios, subsecretarios y mea pilas diversos, se han ido incrementando año a año.

¿Y los trabajadores, hosteleros, agricultores, pescadores, feriantes, sector turismo, taxistas, músicos, ganaderos de reses bravas, servicios de limpieza doméstica, comerciantes, autónomos y el 80% de los españoles  que, hoy por hoy, no tienen derecho a unas ayudas económicas y que el Gobierno les esquilma sin piedad? Los sindicatos, casta donde las haya, imitan el despilfarro del Gobierno y de las Autonomías. Son como unos asesores  de primer nivel.

Si echamos la vista a la ‘Región Valenciana’, nos encontramos con el mismo desolador panorama de vividores. El chiringuito presidido por el encubridor de su familia no le va a la zaga. En el último acuerdo de Gobierno, ha pasado de 98 cargos directivos a 137 y si queremos podemos añadir 116 plazas más de personal eventual. Es decir, en plena emergencia económica y social la estructura del Gobierno ha pasado de 172 personas a 254 ¡¡Con un par de huevos!!

Resumamos: 12 Consejeros; 29 Secretarios; 84 Directores Generales; 12 Subsecretarios y 116 Asesores. A estas cifras habría que añadir la legión de chupópteros de los entes subvencionados, repletos de amiguetes, familiares y pelotas de los políticos de turno, cuyo único cometido es reverenciar a sus jefes políticos y aconsejarles las mayores barbaridades, con el único objetivo de que la gente les vote y perpetuarse en el enchufismo. El bien de los ciudadanos les importa un carajo.

Excepciones las habrá seguro, yo conozco por lo menos un asesor decente y sensato, pero la inmensa mayoría sólo buscan su propio interés personal, eso sí, que lleve aparejado un sustento económico importante, y para ello son capaces de proponer las cosas más inverosímiles. Tomen, como ejemplo, las aberraciones que surgen de las mentes pensantes del Ministerio de Desigualdad que preside la ‘Marquesa de Galapagar’.

Tanto los asesores de hoy en día como los de Nerón, se han hecho merecedores de figurar en los libros de Historia, pero por encarnar a una casta que demuestran ser una lacra para la sociedad. Los romanos lo fueron por destruir una ciudad y los presentes por destrozar un país.

Si sus hijos no quieren estudiar, no se preocupen, apúntelos al PP, PSOE, IU, Compromiso, y estarán a un paso de solucionar su futuro: Ser Asesor.