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martes, 16 de abril de 2024 | Última actualización: 20:15

Efectos del Covid-19

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Alejandro Marín-Buck. Portavoz de Cs en Ayuntamiento de Castelló. 

Hoy escribo sobre los efectos del coronavirus. Una reflexión sobre la repercusión que está teniendo o tendrá en nuestras vidas. No quiero hablar de cifras de contagios, de ingresos, de fallecidos, de falta de EPIs o de medidas socio-económicas, que constantemente y casi en tiempo real nos bombardean todos los medios de comunicación.

El confinamiento en nuestros domicilios no solo va a implicar una medida sanitaria que busca un contagio progresivo de la población y así no colapsar nuestro sistema sanitario, también nos implicará un cambio de hábitos o de mentalidad al que no estamos acostumbrados.

Nuestro mundo tal y como lo hemos conocido hasta ahora primaba una serie de objetivos o metas que ahora, quizá, dejen de tener cierto sentido. Te das cuenta que llevas toda tu vida persiguiendo unos sueños que en muchos casos son materiales, descuidando otros tan elementales como la convivencia, la familia, el contacto físico, el amor o simplemente la tranquilidad.

Algo tan pequeño como un virus, que ni se ve, está consiguiendo cambiar las reglas de juego de un mundo consumista, egoísta y excesivamente acelerado, que nos ocultaba e impedía que disfrutáramos de lo realmente importante de la vida.

Estos días estoy gratamente sorprendido por poder leer en las redes sociales la gran cantidad de mensajes positivos que hacen alusión a estas mismas reflexiones, que no entienden de fronteras, idioma, cultura, religión, clase social, sexo e ideología.

Mucha gente piensa que esto es una señal, un castigo divino o incluso una conspiración para acabar con el modelo de sociedad actual. Yo simplemente opino que la naturaleza, no nos dejará jamás de sorprender, buscando siempre revertir lo que no se está haciendo bien, es un modelo de acción-reacción, la superpoblación, el cambio climático, la sobreexplotación de los recursos finitos del planeta,... hace que un virus, un terremoto, una ola de calor o continuas depresiones atmosféricas nos lleve a reequilibrar un poco las cosas, aunque la sociedad se resista a ello.

Sea lo que fuere, este coronavirus bautizado Covid-19, nos lleva a una paradoja, disponemos de más tiempo que nunca para pensar, para leer, para hacer esos asuntos o promesas pendientes, pero no puedes compartirlo ni disfrutarlo con nadie, parece que es la respuesta a algo que he leído hoy y me ha gustado mucho, es el tratamiento que ha aplicado la naturaleza para que respiren los pulmones del planeta, es la maldición para muchas personas que la padecerán y fallecerán, pero también es la medicación para que las personas amen más que odien, para que los padres pasemos más tiempo con nuestros hijos, para que los ricos se den cuenta que el dinero no lo es todo y no te da la felicidad, que no tiene ningún sentido que idolatremos más a un futbolista que a un sanitario, que el estrés nos hace temblar los corazones y las razas se dediquen más a levantar grandes fronteras que a tender puentes.

"Un día, de repente, el mundo se paró y la tierra comenzó de nuevo a respirar aire puro. Las personas, en su lejanía, se dieron cuenta de que se amaban. Las familias de nuevo estaban unidas. El rico, al no poder salir de casa, tuvo que conformarse con unos bollos de pan. La gente aplaudía desde sus balcones a los verdaderos héroes. Nuestras mentes se serenaban porque ya no había prisa. Y cuando ya todo estaba a punto de estallar, el mundo entero se unió, convirtiendo los cinco continentes en solo uno".

Probablemente esta reflexión escrita por una persona que en estos momentos está a miles de Km de aquí, de una sociedad y cultura muy distinta a la nuestra, resume ciertas verdades y anhelos que todos sentimos de vez en cuando y estos días están a flor de piel, haciéndonos replantear mucho las cosas.

"Tal vez el universo trata de decirnos que nada de lo que tenemos en la vida, ni el trabajo, ni la casa, ni tan siquiera el tiempo, merece la pena si no podemos compartirlo con otros. Esto no es el apocalipsis, pero puede ser una oportunidad para entender el propósito real de nuestro paso por el mundo. Cuando Europa se ve más afectada que África, cuando un beso pasa a ser un arma, cuando el dinero no te salvará, cuando la vida como la entendíamos hasta ahora se detiene para todos, y el tiempo se vuelve un castigo. Tal vez cuando volvamos a caminar, caminaremos más despacio, más cercanos, más humildes, más humanos..."

El efecto del coronavirus seguramente será devastador, a nivel mundial morirán miles de personas, otras muchas enfermarán y la economía se resentirá a niveles sin precedentes, pero intentando ser optimista me gustaría pensar que también nos ayudará a ver lo que realmente es importante en la vida y que conseguirá sacar lo mejor de nosotros para conseguir un mundo mejor.