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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 00:44

Vox: el secreto de sus éxitos

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Cada día que pasa desde las elecciones andaluzas, he tratado de analizar las razones comprensibles, por las que aparecen mas personas en mi entorno de amigos y conocidos, dispuestos a votar a VOX, pese a que el reconocimiento suele ser en voz baja y procurando no alardear de ello, porque los españoles de cierta edad aún vivimos dominados por la prudencia política, para expresarnos públicamente.

Hace apenas tres meses eran muy pocos los que habían oído hablar de VOX y por lo tanto que conocían los puntos básicos de su programa político.

Tras sus éxitos en Andalucía, la exposición pública de su programa y la defensa llevada a cabo por sus representantes de la unidad nacional y todas las querellas presentadas en Cataluña para obligar al Sistema Judicial Español y Catalán a perseguir a los delincuentes independentistas, imputados por rebelión o sedición, le ha permitido ganarse la simpatía de cientos de miles de españoles, que no nos sentimos bien representados durante el Golpe de Estado llevado a cabo en Cataluña por ningún partido con la firmeza y de decisión que hubiera sido de desear.

Al PP de Rajoy, le faltó determinación para aplicar el artículo 155 en toda su dimensión, condicionado por el freno que le impusieron el PSOE-PSC de Pedro Sánchez e Iceta y los Ciudadanos de Albert Rivera, mas preocupados de conservar algunos votos catalanes, que de preservar el orden constitucional y el respeto a nuestra Ley de Leyes.

Tuvo que ser un partido entonces extraparlamentario, quien forzara siempre sus querellas y denuncias en sede judicial, para mantenerse firme en todo momento sin dudas.

A partir de las elecciones andaluzas, a algunos de esos partidos les entró un “pánico escénico” ante la irrupción de VOX y su única obsesión fue desprestigiarles, tacharles de franquistas, de fascistas y de anticonstitucionalistas, de una forma tan absurda como irracional y con eso lo único que han conseguido los partidos mas radicales de la izquierda española (tanto Podemos como el PSOE) es demostrar su falta de estilo y su mal perder en las urnas, lo que nunca supieron ganarse en el ejercicio de su labor de Gobierno.

Cada insulto, cada descalificación sin argumentos y cada mentira en contra de VOX, llevaba aparejado un aluvión de nuevas afiliaciones a las filas del partido de Santiago Abascal, que a cada improperio y agresión, ha estado contestando con un llamamiento a la calma y a apaciguar a sus votantes y militantes, con el estilo propio de quien razona que “si los perros ladran, es porque los caballeros cabalgan”.

A los insultos y descalificaciones de sus auténticos enemigos (PSOE, Podemos y todos los independentistas vascos y catalanes que forman el actual Frente Popular del Siglo XXI), se sumaron con otro estilo, pero con la misma saña algunos dirigentes de Ciudadanos, conscientes de que muchos votos de centro derecha, se les iban a escapar de las manos de una forma que ellos nunca calcularon.

No sé si por eso o por un movimiento estratégico de la masonería francesa representada por Manolo Valls, que quiere posicionarse en Cataluña por si llegara la situación extrema a improbable de una Republica Catalana susceptible de ser incorporada a la República Francesa, también CIUDADANOS ha tratado de echar mano del recurso del “cinturón sanitario” tan usado en España antes por todos los actuales componentes de ese Frente Popular contra el PP.

Se equivoca de punta a cabo Albert Rivera con su postura.

VOX le ha dado una lección de ética, moral y sentido del Estado, permitiéndole formar Gobierno en Andalucía a cambio de nada.

No ha pedido ni un solo cargo público ni una parte de la administración andaluza y precisamente por ese gesto, su prestigio a nivel de España ha crecido como la espuma.

Casado, que ha sufrido con excesiva frecuencia esos “cinturones sanitarios” y sabe diferenciar perfectamente quienes son sus adversarios políticos y quienes sus enemigos irreconciliables (que son los mismos enemigos de España, como nación única e indivisible) si que viene demostrando cada día y lo ha hecho también en la Convención del Partido Popular del pasado fin de semana su respeto por VOX.

Como bien nacido es agradecido y como político de primera línea, ha demostrado ser inteligente.

El PP ha recuperado las señas de identidad que le hicieron ganar con la mayoría absoluta más cuantiosa unas elecciones generales así como la mayor parte del poder autonómico y municipal en España.

Quizás tenga que agradecerle a VOX la necesidad de haber llevado a cabo esa reflexión tan necesaria como lógica, pero lo cierto es que en adelante el futuro de España, lo tendrán que determinar entre las dos en lo que concierne al voto del centro-derecha.

De la cantidad de ese voto que acabe en manos de Ciudadanos, puede depender el futuro de España, pero afortunadamente esa prueba de fuego ha querido Pedro Sánchez que se lleva a cabo antes de las elecciones generales.

Si Ciudadanos sigue con esa postura de indefinición “afrancesada” que impulsa Valls y olvida que los éxitos de la formación en Cataluña, Andalucía y Madrid, se basó precisamente en sus posicionamientos liberales y muy alejados del socialismo radical del PSOE y del Populismo de Podemos e impulsados por Inés Arrimadas (artífice fundamental del éxito andaluz) y Mónica Villacís, caminará sin duda hacia el fracaso.

Si olvida ese temor a VOX, que lo único que consigue es potenciar a los de Abascal, entrará a formar parte del Gobierno en casi todas las Autonomías y en las grandes ciudades y capitales españolas.

A ellos les corresponde decidir y elegir compañeros de viaje.

Si de ahora a mayo, no se perfilan bien, por querer jugar a dos barajas pueden perder todas las partidas que se libren en España.

No quiero olvidar una frase que he leído hoy y me ha impactado:

“Yo no defiendo las ideas de Vox, es Vox quien defiende las mías”

 En mi caso, aunque no sea militante de ese partido, tengo que reconocer que es una verdad irrebatible y por eso deduzco que por eso esta ganando la batalla del voto en muchos lugares de España.

En su día votamos al PP por las mismas razones y acabó decepcionándonos.

Ahora tenemos la opción de darle nuestro voto a VOX o al PP, porque estoy convencido que después de la experiencia vivida con Rajoy, ni Casado ni Santiago Abascal se desviaran excesivamente de su programa electoral.

La opción Ciudadanos, para mi queda en segundo término, hasta que ellos decidan el camino a tomar, pero no acabo de fiarme de sus posicionamientos tan indefinidos como sospechosos, al traer a un socialista masón (según me han asegurado) e híbrido de catalán y francés, para solucionar los problemas de los españoles.

Hasta la semana que viene.