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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 10:04

Pero Pedro, ¿Qué es esto?

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Miguel Bataller. Jubilado

Imagino que su Majestad Felipe VI, en cuanto vuelva de su periplo cubano, organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno en Funciones por razones que no alcanzo a entender, lo primero que hará es llamar a Pedro Sánchez  y pedirle explicaciones por todo el esperpento montado por él aquí en España, en ausencia del Rey, el día después de las elecciones.

En cinco siglos de existencia, nunca había visitado ningún monarca español, La  Perla del Caribe y precisamente ahora, cuando el castrismo agoniza, nuestro Presidente considera que era más necesaria la presencia de su Majestad en la Habana, para celebrar el quinto centenario de su fundación y darle un apoyo indudable al régimen comunista cubano, que permanecer en Madrid atento a los resultados de las elecciones, para preparar toda la mecánica post electoral para la formación del nuevo equipo de Gobierno.

Después de ver la conducta del líder del PSOE, parecía que Pedro Sánchez se había auto investido como Presidente y había decidido nombrar como Vicepresidente a Pablo Iglesias, regalándole otros tres Ministerios a Podemos, cuando la semana anterior y durante meses se había hartado de repetir que no podría dormir ni él ni los españoles, caso de formarse un Gobierno de Coalición con los Comunistas de Podemos.

Ha obviado esperar la composición del nuevo Congreso, la toma de posesión de todos sus componentes, la comunicación del Presidente de la Cámara a su Majestad el Rey de los resultados salidos de las urnas y lo más importante, las reuniones del Monarca con los cabezas de lista de cada uno de los Partidos con representación Parlamentaria, para conocer su disposición para poder formar Gobierno bien fuera con la lista más votada o con cualquier otra alternativa posible.

Esos son los pasos que suelen darse siempre y a partir de ahí suele postularse para ser nombrado Presidente del Gobierno, quien considere que puede recibir los apoyos necesarios y si nadie es capaz de recibir los apoyos imprescindibles o las abstenciones precisas para poder ser investido, se recurre a una segunda ronda en busca de soluciones.

Pedro Sánchez quizás urgido por la inminencia de la salida de la sentencia del caso de los ERES (que puede ser un golpe definitivo a sus intereses, ya que habrá gente que no querrá apoyar al partido más corrupto de la democracia española después de la sentencia) se salto todo ese procedimiento con el consiguiente deterioro de la imagen de nuestro Rey y de la suya propia.

Este hombre de ninguna de las maneras, dispone de la ética, la moral ni la calidad humana, para ser Presidente del Gobierno de España, cuando está dispuesto a poner en riesgo todas las Instituciones del Estado.

He llegado a pensar en que en sus sueños más inverosímiles se pueda ver ya, no como Presidente del Gobierno, sino como el Primer Presidente de una Tercera República.

Sus permanentes desaires y faltas de consideración con D. Felipe VI y sus pactos más o menos secretos con los enemigos públicos de la Monarquía, como lo Independentistas Catalanes y Vascos así como los de su nuevo Vicepresidente que nunca se ha escondido al manifestar su republicanismo militante, son razones más que suficientes para pensar lo que acabo de expresar.

Si Felipe VI no toma las medidas necesarias para poner en su sitio a este lamentable personaje, España va a pasar por un momento muy complejo, ya que mucho me temo que en caso de tener que optar el Presidente en Funciones entre el respeto a la Constitución y sus propios deseos de llegar a la Presidencia del Gobierno al precio que fuera, nadie podría asegurar hoy lo que elegiría.

No se puede esperar nada lógico ni correcto por su forma de actuar y por eso me permito escribir esta columna, no para alarmar a nadie, sino para prevenir males mayores que nadie sabe donde podrían llevarnos.

Ahora a esperar acontecimientos y aunque sé que el Rey Reina pero no Gobierna, hay que dejarle al menos que desarrolle sus funciones reales acorde a nuestra Constitución sin permitirle a nadie ningunearle ni querer ignorarle.

Hasta la semana que viene amigos.