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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

¡Me ha sorprendido su Majestad el Rey!

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Antes que nada, quiero dejar patente mi respeto y admiración por D. Felipe y tengo que reconocer que no le he encontrado nada reprochable en las decisiones que ha ido tomando hasta ahora como Rey de los españoles.

Sin embargo, leyendo esta mañana el periódico Mediterráneo de Castellón, en las noticias de política nacional del día 31 de Julio de 2018, me he visto sorprendido negativamente, el ver que el Presidente del Parlamento Balear un político de Podemos de nombre Baltasar Picornell, después de entrevistarse con nuestro Monarca durante sus vacaciones en Mallorca, manifiesta que el Rey “Está dispuesto a tender puentes en el conflicto político de Cataluña y de hecho está intentando hablar con las partes dispuestas a ello".

Me cuesta mucho creer, que conociendo el paño, Su Majestad se arriesgue a quedar en el mismo ridículo que han quedado recientemente tanto Rajoy, como su Vicepresidenta Soraya y lo está haciendo durante el último mes el actual Presidente del Gobierno, que pronto será conocido como Pedro Sánchez el Breve, como lo fue en su día el Rey Pipino.

No entre en un juego en el que no tiene nada que ganar y sí mucho que perder.

Pierda toda esperanza de un diálogo sensato y racional con los independentistas catalanes, que cuando apelan al diálogo, tan solo están intentando imponer sus ideas a quien se sienta con ellos, sin ceder en ningún momento en sus sueños utópicos de destruir España, para sobre parte de sus cenizas, construir su soñada y nunca realizada República Catalana.

¡Majestad usted debe reinar y proteger su imagen como el primero de los españoles y último recurso, pero nunca entrar en el juego político!

Deje al Gobierno Español de turno, que toree ese toro entre embravecido y soberbio, que es el Gobierno Catalán, que pretende imponer sus deseos al sistema legal por el que nos regimos todos los españoles y si alguien tiene que quemarse en ese juego político, que sean los políticos, no usted.

Toda esa gente no merece ni un solo minuto de su tiempo, ya que de entrada, niegan la mayor y no respetan ni siquiera la Institución Monárquica que usted representa y por lo tanto no le van a facilitar a usted su papel de mediador y tan sólo van a ver la manera de quemarle en la misma hoguera que han quemado al PP, que están quemando al PSOE y que quemarán a todo aquel que no les conceda sus caprichos, porque se han dado cuenta que manipulando las palabras e infringiendo las Leyes van ganando paso a paso la senda que se han marcado para llegar a su objetivo.

Mientras nuestros políticos aparentemente constitucionalistas luchan abiertamente entre ellos y colocan a España al borde el abismo de su propia autodestrucción, ellos se frotan las manos queriendo ver cada día más cercanos sus sueños de grandeza.

Pedro Sánchez en un alarde de estupidez política, les ha acercado a sus prisioneros, delincuentes políticos, a las cárceles catalanas, para que sean vigilados y cuidados por sus propios subalternos mientras que acabara haciendo lo mismo con los asesinos de ETA a las cárceles vascas.

No sé si debo creerme las declaraciones de Baltasar Picornell al salir de la entrevista con usted, porque para mí la palabra de un político de Podemos rara vez parece creíble, pero de ser verdaderas esas observaciones, solo le ruego que no se deje manipular por ellos, como lo han hecho nuestros Gobiernos desde hace casi medio siglo y mas obviamente en los últimos meses.

¡Señor, reine pero no intente gobernar!

Los Gobiernos arden en sus propias llamas y el Rey tiene que estar ajeno para garantizar la estabilidad del Estado, independientemente de quién sea el elegido por la ciudadanía para gobernar.

Ese es al menos el punto de vista de un español de a pie que confía en su Majestad y en lo que representa, para garantizar una democracia española en evidente peligro de autodestrucción si nuestra clase política no recupera el sentido común y el respeto por las leyes que nos hemos dado.

Hasta la semana que viene.