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sábado, 20 de abril de 2024 | Última actualización: 22:37

La responsabilidad del Estado frente a las autonomías

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Marisol Linares. Ex diputada del PP.

El comentario más común entra la ciudadanía cuando se refieren a la situación política actual en España es: “cómo estamos, a dónde vamos a llegar”, mostrando así un desánimo que es consecuencia de una situación de muchos años al dejar atrás el Estado su autoridad como institución que debió velar por todos los españoles.

¿Estaríamos igual si desde que se implantó en España el estado de las Autonomías el Estado no hubiera hecho dejación de funciones? No. Las autonomías han aportado muchas cosas positivas al desarrollo de España como nación, pero el Estado no ejerció como debió su autoridad que es compatible con las autonomías, ya que debió velar por la igualdad de todos los españoles independientemente del territorio en el que vivan.

Tanto el PP como el PSOE debieron velar a través de la inspección educativa los libros de texto de las comunidades autónomas cuyas peculiaridades no implican tener que manipular la historia común de España, además el señor Sánchez a través de sus decretos ley ha dejado un tema tan delicado como es el uso de las lenguas de cada comunidad en manos de los gobiernos autónomos denostando y relegando a un segundo lugar el idioma común que es el castellano.

También durante años el Estado ha dejado de velar por los intereses económicos de todos los españoles y así los impuestos y gravámenes son diferentes en función de quien gobierna y del territorio donde se reside. Un claro ejemplo es el impuesto de sucesiones. Para cumplir el mandato constitucional, el Estado tiene que imponer criterios uniformes de derechos y deberes para todos los españoles y así cumplir lo que determina nuestra Constitución pues lo contrario nos está llevando a crear reinos de taifas en función del territorio donde te ha tocado vivir.

La última de esta dejación de funciones del Estado ha sido el problema de los taxis, que mediante otro decreto ley, ha lanzado a manos de Ayuntamientos y Comunidades Autónomas dejando que cada territorio actúe con el interés de su comunidad y no por el interés general de todos.

Es compatible las autonomías con las obligaciones que tiene el Estado como mandato constitucional de velar por todos los españoles por igual, lo contrario nos lleva a una crispación y a un deterioro de la vida pública que cada vez más va en aumento, aflorando partidos populistas que están calando entre la ciudadanía.