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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 19:52

Los pediatras recomiendan la última semana de vacaciones para hacer una readaptación progresiva de horarios

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Vuelta a los madrugones, a los horarios académicos y a las actividades extraescolares...un cambio brutal después de la “anarquía” veraniega que puede provocar en los niños ansiedad, irritabilidad, dificultades en el sueño, tristeza....en algunos casos incluso dolor abdominal o vómitos.

Para prevenirlo, aconseja la doctora María Jesús Pascual, pediatra del Hospital Nisa Pardo de Aravaca, “se debe realizar durante la última semana de vacaciones una readaptación progresiva a los horarios, charlar con los niños sobre los aspectos positivos del colegio y de recuperar de la rutina en sí ( volver a casa, ver a los amigos...); estar con ellos en los últimos días antes de empezar, preparando todas las cosas y ayudándoles en la planificación del nuevo curso”. retomar hábitos.

Es aconsejable también aprovechar los últimos días de vacaciones para retomar hábitos que se asemejen a los que reaparecerán con la vuelta al cole. “Una fórmula que funciona es la realización de una actividad por las tardes: montar en bicicleta, pasear... evitando que se queden jugando a la videoconsola o con dispositivos móviles. Y, por supuesto, mantener una alimentación sana y equilibrada, organizada, recuperando el desayuno completo con lácteos, cereales y frutas que hagan que mejore el rendimiento físico e intelectual del niño”.

Los especialistas se muestran escépticos ante la tendencia de muchas mamás de recurrir a complejos vitamínicos. “Los complejos vitaminicos no son necesarios si la alimentación es sana, variada y equilibrada. El mejor complejo vitaminico se llama comer sano y de todo”. cuidar la espalda. Los expertos coinciden en que existen factores que favorecen la aparición del dolor de espalda en niños.

En este sentido, explica la doctora Pascual, “el peso de las mochilas escolares, pero sobre todo la adopción de posturas inadecuadas al sentarse y el cambio del estilo de vida, es decir la inactividad y falta de ejercicio físico, el sedentarismo en relación al uso de las TICS ordenadores, consolas, videojuego” hacen un flaco favor a la salud de la columna. También matiza que “hay muchos trabajos que intentan relacionar el dolor de espalda en los niños y adolescentes con el peso de las mochilas, sobre todo cuando éstas tienen un peso excesivo -superior al 10-15% del peso del niño- parece ser que existe mayor incidencia del dolor. Pero no sólo es el peso, es la forma de llevarlas (un hombro, 2 hombros, mas alta, más baja, compensando el peso inclinando hacia delante el tronco...), es el tipo de mochila (ancho de las asas), llevar más bolsas (de deporte, etc.)”.

En general, para asegurarnos un correcto rendimiento escolar durante el año, sería aconsejable realizar una exploración oftalmológica antes del comienzo del curso escolar. Al margen de la idoneidad de estas revisiones anuales existen edades que, por coincidir con el proceso madurativo de la agudeza visual -lo que condiciona muchísimo la capacidad de corregir defectos- de obligado control oftalmológico: alrededor de los 4 y alrededor de los 8 años. “Y siempre que existan síntomas: tendencia a desviar o guiñar un ojo, inclinación de la cabeza para poder fijar la vista, movimientos rápidos y rítmicos de los ojos, lagrimeo y enrojecimiento ocular frecuente; molestia a la luz (fotofobia), cefaleas frecuentes, dificultad para el cálculo de las distancias, incapacidad para leer la pizarra y bajo rendimiento escolar”, matiza Pascual.