Los responsables de las fiestas en 1988 certificaron la autonomía de la Junta de Fiestas en la gestión con la fiscalización municipal
El exalcalde Daniel Gozalbo ha ensalzado esta tarde, durante su declaración en la Comisión de Investigación de las Fiestas, el procedimiento que se instauró bajo su mandato, en 1988, y la autonomía de la Fiesta para que fuera organizada por los festeros con fiscalización municipal. El exconcejal de fiestas Clemente Agost, por su parte, afirmó que “fue la solución menos mala” para poder salir adelante frente a una burguesía de las fiestas que siempre controla, mande quien mande.
Esperanza Molina /Castellón Información
La Comisión de Investigación de las Fiestas, del Ayuntamiento de Castellón, ha contado esta tarde con la presencia del exalcalde Daniel Gozalbo, y del exconcejal de Fiestas Clemente Agost. Sus comparecencias habían sido solicitadas por el Grupo Popular, para certificar que los procesos que ahora se ponen en duda sobre la autonomía de la Junta de Fiestas, fueron aprobados en 1988 con el apoyo de todos los grupos políticos.
Durante la sesión de hoy también se han leído las respuestas de Moros d´Alquería, y del exinterventor municipal, que se jubiló hace 12,5 años.
La historia de la Junta de Fiestas
Las dos comparecencias aportaron un punto de vista histórico al desarrollo de las Fiestas de Castellón. Tanto Gozalbo como Agost se refirieron a la situación que vivía Castellón en 1988, con un organigrama de fiestas, organizado bajo la dirección de un concejal de Fiestas, y la demanda popular para que se introdujera una renovación que potenciara las fiestas pero desde el mundo de las fiestas.
Ambos recordaron también la situación política que vivía la ciudad tras las elecciones de 1987, en las que ningún grupo tenía mayoría suficiente para gobernar, por lo que se produjo un pacto de Gobierno entre el Grupo socialista y el CDS.
En contra de lo que pudiera parecer, admitieron tanto Gozalbo como Agost, nadie quería ser concejal de Fiestas. Según el pacto, este cargo debía haber estado en manos del CDS, pero tras las primeras gestiones, el grupo renunció a esta delegación que no suponía más que problemas. Con aquellos mimbres, Daniel Gozalbo propuso como concejal de Fiestas a Clemente Agost, que tenía también la delegación de Servicios Sociales, e inició un proceso de transición, que concluyó con los famosos estatutos del 88.
Según Daniel Gozalbo, el cambio era necesario para mantener y reforzar las fiestas como motor económico de la ciudad, democratizarlas, llevarlas a la calle, acabar con esquemas arcaicos, despolitizarlas, e incluso, introducir cambios para acabar con esquemas que siempre beneficiaban a las clases más pudientes sobre las otras.
En base a eso, la Junta Central de Festejos dio paso a una Junta de Fiestas que funcionaría como un órgano dependiente, porque lo nombraba y fiscalizaba el Ayuntamiento, pero totalmente independiente de condicionantes políticos y con capacidad de gestión y contratación.
Este esquema, según Gozalbo era bueno hace 25 años, como lo demostró el hecho de que las Fiestas de Castellón hayan llegado a ser lo que son. El concejal de Fiestas dejó de serlo y fue la Junta de Fiestas la que asumió todo lo concerniente con la organización, no solo de la Magdalena, sino de todos los eventos festeros de la ciudad. Uno de los objetivos que también se pretendían, señaló es que las personas que integraban esa Junta de Fiestas procedieran del mundo de la fiesta, innovaran, introdujeran nuevas ideas, y se renovaran casi permanentemente.
El exalcalde señaló en este sentido, que el mérito de quienes conformaron aquella Junta de Fiestas fue total, la honradez de las personas, el trabajo realizado, e incluso el entendimiento interno, como lo demuestra, que el primer año se presentaran dos personas para presidir este órganos, y ambos, uno primero, y el otro después se relevaran al frente de la Junta.
No lo pintó tan bonito Clemente Agost, que dijo no recordar si fueron ellos los que promovieron los estatutos de 1988, y en un arranque de sinceridad dijo textualmente: “hay una burguesía en Castellón, una burguesía festera que es la que maneja siempre el mundo de la fiestas, siempre, mande quien mande, siempre, que están delante o detrás….” La solución que le vieron al problema fue dejarles la gestión pero que el Ayuntamiento controlara los dineros. “Era la solución menos mala”.
Esta expresión fue utilizada por el presidente de la Comisión, Xavi del Señor, al final, para incidir en si había sido esta ‘burguesía’, la que de alguna manera había influido para que se aprobaran aquellos estatutos de la Junta de Fiestas. Agost, volvió a reiterar la existencia de ‘la burguesía’ y su poder, aunque también reconoció que había personas valiosas, que conocían el proceso histórico de las fiestas y que habían contribuido positivamente.
De cualquier forma, con la declaración de Agost y, por mucho que el exconcejal intentara explicar una y otra vez, que los procedimientos fueron correctos y los más acertados en aquellas condiciones, la constitución de aquella Junta y sus estatutos quedaron ensombrecidos.
El concejal del Grupo Popular, insistió una y otra vez en algunos puntos concretos como: si aquellos estatutos fueron apoyados por el resto de las formaciones políticas. Si aquella sintonía de trabajo se había institucionalizado en el Ayuntamiento y fue la que posteriormente ha guiado el funcionamiento de las Fiestas de Castellón. Y de nuevo, en la reconocida autonomía de gestión de la Junta de Fiestas, que Agost y Gozalbo certificaron.
Tanto Agost como Gozalbo insistieron una y otra vez, en la claridad de la gestión económica. Pero de nuevo, la intervención de Agost, en el intento de explicar las cosas con una vena de gracia o de ironía, puso todas las dudas en el marcador, al hacer referencia a la necesidad de gestionar sin marcar las ‘líneas duras’ de los funcionarios porque “las cosas se ven de diferente manera”.
El exinterventor certifica el procedimiento
La lectura de la declaración el que fuera por muchos años interventor municipal, fue tajante al señalar, que no hubo sombra de ilegalidad en aquel proceso de las Fiestas de 1988…
No se contrató a menores de 16 años
Y finalmente, también se dio lectura a un correo electrónico del expresidente de la Junta de Fiestas, Jesús López, desmintiendo que la colaboración de jóvenes en temas como la venta de sillas del Pregó hubiera incumplido la edad laboral, porque estos eran mayores de 16 años.
Dicho todo esto, el presidente de la Comisión, Xavi del Señor, lamentó la ausencia de los exalcaldes Alberto Fabra y Alfonso Bataller, así como la del exconcejal de Fiestas Ximo Torres. Tema que, por otra parte, reiteraba el comunicado remitido ayer por su grupo Castelló en Moviment, agrupación para la que ya hay culpables.
La Sesión de Comparecencias finalizará mañana jueves, con las declaraciones de los actuales responsables de las fiestas.
