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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

El Incliva demuestra que la reducción de amonio en sangre podría ayudar a tratar casos de hígado graso no alcohólico

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Este trabajo es fruto de la colaboración entre diversos institutos de investigación

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El Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico Universitario de València, Incliva, a través de la coordinadora del Grupo de Investigación de deterioro neurológico, Carmina Montoliu, ha participado en la confección de un artículo publicado recientemente en la revista Journal of Hepatology en el que se demuestra que la reducción de amonio en sangre podría ayudar a tratar casos graves de hígado graso no alcohólico.

Los resultados de este estudio describen, por primera vez, un vínculo entre una complicación del hígado graso (conocida como esteatohepatitis no alcohólica), función del ciclo de la urea y exceso de amonio en sangre.

Este trabajo es fruto de la colaboración entre diversos institutos de investigación (Incliva, UCL Institute of Liver and Digestive Health, University College London e Idibaps Biomedical Research Institute & Ciberehd de Barcelona), hospitales (Hospital Clínico Universitario de Valencia y el Aarhus University Hospital de Dinarmarca) y el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia.

Una enfermedad común

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) engloba múltiples dolencias hepáticas que afectan a personas que beben muy poco o nada de alcohol. Su principal característica es una gran acumulación de grasa en las células del hígado lo que provoca que éste deje de funcionar correctamente y sea incapaz de eliminar el amonio generado por el metabolismo.

En la mayoría de casos, la enfermedad del hígado graso no alcohólico se presenta en grados 1-2 y no implica complicaciones notables. Sin embargo, un pequeño porcentaje de afectados puede presentar una afección más grave, la llamada esteatohepatitis no alcohólica (NASH). En estos casos, la acumulación de grasa se relaciona con una inflamación más elevada de las células hepáticas y diferentes grados de fibrosis, lo que puede derivar en una cirrosis.

Las causas del hígado graso

Según datos de la Sociedad Española de Patología Digestiva, la esteatosis hepática no alcohólica es la enfermedad del hígado más frecuente y afecta a un 20%-30% de la población. Las investigaciones de los últimos años indican que su aparición puede asociarse a varias causas, entre ellas sobrepeso y obesidad, niveles elevados de colesterol y/o triglicéridos, pérdida de pelo, resistencia a la insulina, consumo de medicamentos (corticoides) o enfermedades en las encías.

Algunos estudios también han apuntado a la posibilidad de un componente genético en el desarrollo de esta afección hepática. Por otra parte, el hígado graso no alcohólico se ha convertido en la enfermedad hepática crónica más común entre los pacientes con diabetes mellitus tipo 2.