FICHA TÉCNICA:
Portillo erró un penalti y antes del descanso Farinós adelantó a los amarillos. Pamarot, de gran trallazo, puso el empate en la segunda parte.
F. A.
El Villarreal no encuentra la fórmula para ganar fuera de casa. Va camino de los cuatro meses sin rascar un triunfo lejos del Madrigal. Tampoco fue capaz de ganar en un campo que ha visitado en once ocasiones y se ha conformado con perder en siete ocasiones y empatar cuatro. El de este domingo ha sido un partido raro. De la misma manera que se pudo haber ganado, también se pudo haber perdido. En especial porque en el minuto 84 Juan Carlos hizo un tremendo paradón a tiro de Portillo, que era el 2-1.
El duelo entre alicantinos y villarrealenses fue intenso. Tuvo goles, polémicas, ocasiones, idas, venidas, aciertos, desaciertos,... y emoción. Y es que se jugaban mucho y bien diferente ambas escuadras. Los herculanos con el descenso pisándoles los talones; los amarillos con las plazas de 'play off' a tiro de piedra. Gustó el Villarreal en el primer tiempo, dominador y solvente. Muy superior. En la segunda parte se vio a un conjunto de la Plana más intermitente, más espeso, más irregular.
Francisco Javier Farinós, un ex del Hércules, fue el encargado de abrir el marcador al filo del descanso. En el minuto 40 el valenciano enmudeció el Rico Pérez. Antes, el equipo anfitrión llegó a desperdiciar un penalti (no acertó Portillo). Y es que los anfitriones salieron apretando el acelerador y poniendo cerco a la portería de Juan Carlos.
En el minuto 65 de partido el 'Submarino Amarillo' ya había botado trece saques de esquina. Un trallazo lejano de Pamarot significó la igualada. A Juan Carlos el balón le botó mal a tres palmos de la nariz y el cuero se incrustó al fondo de las mallas. En una contra local, con Cani tendido en el suelo, Pamarot engatilló un trallazo envenenado que sorprendió a Juan Carlos. Era el 1-1.
Fue marcar el Hércules y Marcelino García Toral miró al banquillo e hizo debutar al joven delantero mexicano Javier Aquino. Éste se movió bien, abrió espacios, pero no le sirvieron muchos balones. Sin y con este prometedor jugador, el Villarreal se hartó de dominar. De intentarlo.
De ahí al final, lo más destacado fue una tremenda ocasión desperdiciada por Portillo, que cogió un balón, entró unos metros en el área de Juan Carlos y su potente chut lo rozó el meta del Villarreal con la yema de los dedos para evitar el 2-1.