Enrique Domínguez. Economista
Era de esperar el comportamiento seguido por las cifras del paro de julio porque lo contrario, habría sido la debacle de nuestra economía.
Julio se ha caracterizado casi siempre por registrar descensos en las cifras de parados; en los últimos veinticinco años solamente se han manifestado incrementos respecto a junio en 2001, 2003, 2004, 2007 y 2008. En los restantes se han dado retrocesos, siendo el mayor en 2010 con 2.650 personas paradas menos. Por tanto, este julio ha sido, con mucho, el mejor de todo ese periodo.
¿Hay que echar, por ello, las campanas al vuelo? ¿Hay que pensar que hemos vuelto, y con más fuerza,a la senda de la reducción del paro? Ojalá fuera así, aunque volviéramos a la senda habitual en Castelló, con descensos en los meses de verano y de campaña citrícola y avances, generalmente, en el resto del año.
Estamos inmersos en una crisis sanitaria, que ha dado pie a la fuerte crisis económica y a una recesión del PIB sin precedentes. La crisis económica va a durar bastantes meses y ello va a depender, primero de la mitigación, mantenimiento o incremento de la problemática sanitaria y, segundo, de la capacidad de crecimiento de los sectores que conforman nuestro tejido productivo así como de las medidas que se implementen a nivel nacional y europeo para su superación.
Y, precisamente, la evolución del número deparados respecto a julio de 2019 nos señala que tenemos un importante problema.Habitualmente, julio es un mes en el que se reduce el número deparados respecto a doce meses antes, pero este año se ha dado un incremento de 8.229 personas lo que constata la incidencia de la crisis económica ayudada por los rebrotes en la sanitaria.
Se aprecia también que el porcentaje de mujeres paradas, a pesar del descenso de la cifra total respecto a junio, se ha aumentado; ello viene motivado, seguramente, porque las actividades en las que se contrata a más mujeres en este mes, las relacionadas con el turismo, han abierto solo parcialmente.
También es un hecho a destacar en este mes que el peso de los parados extranjeros, que en Castelló suponen el 26,0% y en la Comunitat Valenciana (CV)el 16,8%, se ha incrementado, tanto respecto a junio como a doce meses antes y en las dos áreas. Lo mismo ha ocurrido a nivel nacional.
En este mes de julio, todos los sectores han visto disminuir sus cifras deparados; agricultura y construcción han sido los de menor descenso y servicios y sin empleo anterior los que más. En servicios el retroceso se ha debido a la puesta en marcha de actividades relacionadas con el turismo y en el grupo de sin empleo anterior, seguramente, por la desaparición de bastantes personas que, para acceder a los posibles contratos para vigilar las playas, debían darse de alta como parados.
Julio también ha sido un mes en el que el número de contratos formalizados ha crecido fuertemente respecto a junio,más del 64%, pero que ha registrado una contracción importante respecto a lo que era habitual en un mes de julio.
A pesar de la crisis sanitaria y económica, Castelló continúa siendo la quinta provincia con más contratos indefinidos en los primeros siete meses, el 14,54% frente al 11,09% en la CV y al 10,12% en España.
Y también julio ha sido un muy buen mes respecto al número de afiliados a la Seguridad Social, aumentado en 5.854 personas respecto a junio, motivado por todo lo que hemos dicho hasta ahora (en julio de 2019 aumentó en 2.211 personas). En cambio, ha tenido lugar una disminución de 8.765 personas si lo comparamos con julio de 2019 (en este mes respecto a julio de 2018, se incrementaron en 4.467 afiliados).
El mejor julio y el peor. ¿Qué ocurrirá con agosto? Lo más habitual suele ser un cierto incremento del paro respecto a julio y un descenso sobre agosto del año precedente. Está claro que habrá más paro que en agosto de 2019 y, seguramente, aumentará respeto a julio. ¿Qué espera usted?
