Marisol Linares. Ex diputada del PP.
Se acaban de celebrar en la vecina Francia unas elecciones legislativas que han acabado con un sorprendente resultado: la victoria de Macron.
Emmanuel Macron es un político inusual, con poco recorrido en partidos políticos, un exfuncionario experto en finanzas que se ha presentado a unas elecciones presidenciales y legislativas con un partido que apenas cuenta con un año de vida. Este ascenso nos tiene que hacer reflexionar a todos los países de la Unión Europea por tratarse de un fenómeno nuevo en política y por las circunstancias que en él concurren.
De su candidatura destacaría las personas de distinta ideología que le han acompañado en estas últimas elecciones: profesores de derecho, matemáticos y hasta una rejoneadora de toros, una variedad de candidatos que ha hecho ilusionante y atractiva la lista por la frescura y novedad que aportan a la política del recién llegado Macron.
Un líder que ha surgido de la nada, un desconocido en la vida política que ha sido capaz de ganar no sólo la presidencia de forma abrumadora, sino también el parlamento francés. Esto pone de manifiesto que hay una nueva forma de hacer política y que es el preludio para otros países donde la vida pública ha caído en los niveles más bajos de desafección por parte de los ciudadanos.
Los partidos tradicionales de derecha e izquierda así como los extremismos de ambos lados parece que no convencen al electorado, y los convencionalismos que hasta ahora han sido hegemónicos en las democracias consolidadas retroceden en toda Europa. La socialdemocracia cae en todos los países de la Unión Europea, la derecha retrocede y los partidos de extrema derecha e izquierda mantienen un electorado que nunca llegarán a gobernar pese a la crisis económica, y migratoria que ha sufrido Europa.
España después de haber pasado por el sainete de la moción de censura de Podemos, está más claro, cada día, que hace falta una nueva corriente política para recuperar la credibilidad y la ilusión de los ciudadanos, y un buen ejemplo a seguir sería el fenómeno Macron de Francia donde una nueva generación se ha puesto al frente de una nación con una larga trayectoria democrática.
Se avecinan nuevos tiempos para la política y entre todos los partidos tienen que entenderlo, adaptarse y mejorar la figura de los políticos para volver a ganarse la credibilidad de los ciudadanos.
Solo me queda desearos un feliz verano a todos, nos vemos a la vuelta de las vacaciones.
