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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

No hay moción de censura en 2017

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José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.

No suele entrar quien suscribe habitualmente en diatribas u opiniones referentes a uno de los asuntos que es portada diariamente en los medios de comunicación: el referéndum en Catalunya en 1-O

Al principio del verano dediqué este preciado especio de opinión a manifestar que no iba a pasar nada, que ese referéndum no se iba a llevar a cabo a pesar de las tensiones lógicas que viviríamos y que además más de un despropósito sucedería.

Hoy reitero lo dicho, no desde el convencimiento de la fuerza de los valores patrios de unidad, serenidad y sobre todo capacidad de ejecución, sino porque creo sinceramente que los fantoches que han tirado del carro hasta este precipicio que hoy visionamos en 3D se han equivocado en muchas cosas, pero sobre todo en no considerar que la solidez del Estado es mucha y aunque junco que se bambolea con los vientos e incluso huracanes, no se rompe.

Muestra de ello es la sensatez que Rajoy y  Sánchez han demostrado al pactar la comisión  de diálogo en el Congreso de los Diputados sobre Catalunya a partir del 1-O, fecha en la que Rajoy  no se va a encontrar solo para tomar todas las medidas que sean necesarias y Sánchez podrá sacar pecho como estadista y candidato a las Presidenciales de 2019.

Es cierto que Esquerra Republicana de Catalunya tendrá en las elecciones presidenciales de la primavera próxima un 30% de los votos, pero no deja de ser menos cierto que quien no se apunte a esta mesa de diálogo, quedará fuera y nos llevaremos enormes sorpresas al comprobar que incluso el PDeCAT se incorporará, pues de lo contrario se encuentra abocado a la desaparición.

No hay que olvidar que los catalanes han sido históricamente centristas y democristianos, por lo que Esquerra Republicana de Catalunya no puede permitirse el lujo de abandonar ese centrismo ideológico, pues el nacionalismo e independentismo cual hemorragia que lo tapa todo tiene poco tiempo,  justo unos meses más allá de las elecciones autonómicas para convencer a los catalanes de su discurso social y político del día a día en profundidad.

Obviamente en el año actual no habrá moción de censura, puede que si en 2018, peor no hay que olvidar que con el PNV se pactó la aprobación de los presupuesto del 2018 y que pueden ser prorrogados en 2019, con lo que nos encontramos casi en el final de una legislatura en la que la recuperación económica es evidente, hay más empleados, menos desahuciado y con pobreza energética, lucha real contra el terrorismo de allende nuestras fronteras, con lo que Podemos y en menor grado Ciudadanos se verán perjudicados, pues parece que la senda del bipartidismo incompleto vuelve a la normalidad en una sociedad que quiere olvidar los casos de corrupción, pero además  quiere trabajo, bienestar, tranquilidad y mucho sentido común, que parece va llegando poco a poco.

Solo nos queda por saber  si la CUP se va a limitar a las revueltas callejeras o va a intentar asaltar edificios e instalaciones del Estado. Nos queda poco para ello, solo unos días.