Rafa Cerdá Torres. Abogado.
Vale. Lo reconozco. No estoy siendo claro con el título...mi objetivo consiste en atraer su atención, y pocas cuestiones suscitan más interés del personal que todos los tejemanejes vinculados al negocio de la pelota. Poco o nada se me ha perdido en tan complejo mundo, pero de vez en cuando, sus protagonistas "regalan" alguna que otra anécdota digna de ser considerada.
El pasado 18 de julio, tuvieron lugar en el Barça las elecciones para elegir al próximo Presidente de la entidad durante los próximos seis años. Más allá del fervor deportivo, y de las ciertas implicaciones que el revuelto escenario político catalán, quisiera al candidato ganador, poco más puede implicar al común de los mortales que Laporta o Bartomeu consiguieran el rango presidencial del club catalán por excelencia.
Josep María Bartomeu arrasó al resto de candidatos, consiguiendo una mayoría más que absoluta de los sufragios emitidos por los socios del Barça. TV3 comenzó a desglosar la biografía del candidato vencedor, colándose el curioso detalle que el flamante Presidente no había portado nunca reloj hasta cumplir los cincuenta años. El motivo: es a partir de esa edad cuando el tiempo comienza a contar; un buen modo de evitar perderse en tonterías inútiles y concentrarse en todo lo que da sentido a la vida: familia, amigos, ser solidario, esforzarse, y un largo etcétera.
En estos días de inicio del período vacacional para tantas personas, la lección del Presidente Bartomeu viene que ni pintada. Bastantes follones transcurren a diario como para no aprovechar este paréntesis de descanso que se abre en verano. De acuerdo que los problemas no cogen vacaciones, pero nosotros sí. Seguro que la posibilidad de resolver todo lo que nos preocupa, se incrementará de forma proporcional a la capacidad de descanso y desconexión que tengamos.
Permítase estas vacaciones, disfrutar de lo que le guste, no le que le impongan los demás. No pierda el tiempo en contentar a nadie que no sea usted mismo. Salga y entre, o quédese quieto. Lea lo que le guste, no le que más se venda. Entre "pasarlo bien" y "quedar bien", escoja siempre lo primero. Ya transcurre la vida a un ritmo frenético, cómo para no intentar priorizar su propio interés y el de los suyos. Sólo es verano una vez al año, ¡qué demonios!...
El Presidente Bartomeu tiene toda la razón al indicar que el tiempo cuenta, pero que también valga la pena, sólo dependerá de cada uno. Y para dos ratos que tenemos, vamos a intentar pasarlo de la mejor forma. Así que ya sabe: ser feliz es un derecho, intentarlo una obligación. ¡Feliz Verano!
