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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 23:10

¿¿Cómo??

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Rafa Cerdá. Abogado.

Esta España nuestra Este nunca dejará de sorprendernos. Las elecciones generales han arrojado un resultado tan sorprendente como original: el Partido Popular ha ganado con una contundencia, que sin ser aclaparadora, le aúpa como única fuerza política capaz de dirigir el Gobierno. Rajoy ha visto reconvertida su figura de candidato problemático a la de presidente ganador, un poco lejos de ser invicto, pero disfrutando de una posición muchísimo más cómoda que la de jornadas precedentes.

El umbral de 137 escaños (pírrica mayoría) le augura una ventaja muy sustancial frente a cualquier otro conglomerado de fuerzas políticas que han obtenido representación parlamentaria. Las saturantes encuestas daban una victoria mucho más ajustada a los populares, con riesgo muy real de ser superados en número de escaños por la correlación de fuerzas de izquierda. La suma de escaños de Unidos Podemos y el Partido Socialista bordeaba la mayoría absoluta en las primeras proyecciones de voto, si bien y a medida que el escrutinio avanzaba, la situación se invertía.

Y de qué modo.

En un monumental error de pronóstico, las empresas encargadas de elaborar las encuestas electorales, han pegado el mayor patinazo en ofrecer la dirección del voto emitido durante el pasado domingo. A las ocho de la tarde, las distintas estimaciones de resultados dadas por diversos medios de comunicación, pasaron del rojo pasión a, en un breve intervalo de dos horas, al azul pálido con un fondo naranja. La conjunción Partido Popular y Ciudadanos alcanzó la bonita cifra de 169 escaños, lo que traducido a la aritmética parlamentaria es casi rozar la mayoría absoluta.

El resto de grupos pueden unirse, liderados por un PSOE que ha salvado los muebles salvando su posición de segundo partido nacional, pero la trágala del referéndum catalán (condición indispensable para el apoyo de Esquerra Republicana, Convergencia y parte de las confluencias de Podemos) sería letal a medio plazo para la formación socialista. No cabe otro escenario que un gobierno presidido por el candidato del Partido Popular, quien tiene ante sí el difícil reto de conformar una mayoría estable en el Congreso.

Del Senado nadie habla, cuando el Partido Popular ha entrado con la fuerza de una apisonadora: mayoría absolutísima. Y ojo: el partido de la gaviota gana en 41 provincias, recuperando mucho terreno perdido en zonas tan vitales como la Comunidad Valenciana o Madrid, donde en la práctica se produce un vuelco a los resultados de las últimas elecciones municipales y autonómicas: con apoyo de Ciudadanos se retornaría al poder.

Paradójicamente, el Verbo encarnado en coleta, sufrió un erizamiento capilar al constatar cómo su "asalto al cielo" vía Palacio de la Moncloa, se quedaba en un gordo castañazo. Ni sorpaso frente a los socialistas ni nada parecido; mucha sorpresa, mucho aturdimiento y mucho de todo pero nada bueno. Don Pablo Iglesias y pandilla deberán hacérselo mirar, sin desmerecer un resultado que les consolida como formación importante en el Congreso, los deseos se confundieron con la realidad, y ¿por qué no decirlo?, la prepotencia y la indefinición (comunista a ratos y socialdemócrata según la edad) acaban pasando factura.

Nadie preveía los resultados arrojados por las urnas; el escenario político sigue muy abierto, aunque con una mayor escoramiento al bloque de centro derecha, a través del reforzamiento parlamentario obtenido por el Partido Popular con la suma de catorce escaños, y la conjunción de Ciudadanos. La política es la ciencia de lo imposible, y lo que parece imposible, mañana aparece como real. Aconsejo cautela. Sin embargo, no consigo quitarme una imagen de la cabeza: a medida que el porcentaje de voto escrutado avanzaba, en las sedes de los principales partidos, más de un dirigente (y de dos y de tres) trasmutaba su rictus facial (de la alegría, al asombro a la decepción según las siglas) mientras formulaba una única pregunta al cerciorarse de los resultados: ¿¿¿Cómo???...pues ya ve usted, los contribuyentes somos así...