Miguel Prim Tomás. Ex Parlamentario Nacional.
Durante toda esta semana hemos tenido una palpitante actualidad en base a la mega concentración celebrada el pasado domingo, día 22, en la plaza de la Virgen de Valencia. Allí acompañé a una multitud de padres de familia con sus hijos para demostrar con su presencia que eran una voz que sonaba fuerte y unida, para proteger a la enseñanza concertada de sus hijos ante la incomprensión de unos dirigentes que ven ‘fantasmas’ ante unas normas que la Constitución del 78 dice muy clara en su artículo 27, punto 3 : "Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones". Y sobre todo, el punto 1, que dice: "Todos tienen derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza". Por eso, no se puede tergiversar lo que pasó en la plaza, pues el grito y la demanda era: “Libertad", y eso es lo que la Constitución, nuestra Constitución, manda.
El pacto educativo que se demandaba es lógico y además racional. Actualmente, los centros concertados suponen un ahorro al erario público de unos 1.200 euros por alumno y año. Ello supone un enorme respiro para los políticos, que ahora resulta que tienen la idea que los centros concertados pueden molestar o deben de ir cerrando sus puertas para que la enseñanza pública sea la única vía de los niños para emprender estudios desde los años más menores.
Es inaudito como pueden existir políticos en el siglo XXI que estén dudando, o les moleste, que los representantes católicos son un estorbo, cuando los centros concertados son un medio que da la razón al punto 3, del mencionado artículo 27 de nuestra Carta Magna; y, por supuesto, que todos los centros no son católicos, sino laicos también.
Da mucho congojo leer lo que el Presidente de la Generalidad dijo: “Es un ataque a la convivencia a través de las educación. Hay un partidismo, una apropiación y una manipulación por parte del PP”.
A la vista de los hechos vividos, y de lo que se está produciendo, creemos que los 40.000 asistentes en la plaza de la Virgen y aledaños, no fue por casualidad, ni inducidos por los políticos del PP. Es más, creemos que es cuestión de meditación por el señor Puig, qué compañeros tiene al lado que le están produciendo el problema.
