Noticias Castellón
jueves, 18 de abril de 2024 | Última actualización: 12:27

La naturaleza y salud mental

Tiempo de Lectura: 5 minutos, 28 segundos

Noticias Relacionadas

María B. Alonso Fabregat. Psicóloga Clínica y Forense. 

No es de extrañar que los cambios climáticos, las grandes crisis de naturaleza, los cambios meteorológicos y, en general, la relación del hombre con el medio natural, produzca tanto efectos positivos sobre su salud, como efectos perniciosos, afectando al bienestar y, por tanto, a la pérdida o ganancia de salud.

Estamos hechos de la misma materia que el resto del medio natural que nos rodea, así pues, sus cambios y modificaciones también producen cambios y modificaciones en nosotros, pero también nosotros influimos sobre los cambios de nuestro medio natural. Solo un ‘gran detalle’  para entender esta mutua influencia: al igual que  nuestra casa, el planeta Tierra, nosotros estamos formados también por un 70% de agua.

La relación de nuestro organismo en especial con el astro rey, el sol, está documentada y se han realizado investigaciones diversas de sus influencias. No solo estamos hablando del efecto físico no deseado de exponernos en exceso a él, que provoca quemaduras e incluso está vinculada al desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Se vincula estados de aumento de bienestar con el aumento de la luz solar, que no con su exposición, que si es elevada produce daños en la piel, como ya hemos mencionado.

También la literatura científica recoge la influencia de la ausencia de sol, y esta condición está relacionada con el aumento de depresiones. Un estudio realizado en Inglaterra, en la  Universidad de Southampton, donde se llevó a cabo una investigación sobre la posible influencia del cambio de estación sobre el estado de ánimo de las personas, detectó que el 90% de los sujetos percibían algún tipo de modificación, aun siendo mínima, en su estado de ánimo: empeoramiento de la calidad de sueño, pérdida de energía vinculado al cambio de estación, etc.

En Inglaterra y países colindantes se produce lo ya se ha llamado la ‘depresión de invierno’ y otros autores lo denominan el ‘rastorno afectivo estacional’. Parece ser que la primera causa de este estado de ánimo alterado es por la falta de luz solar. Estando vinculadas a esta disforia las modificaciones de niveles de melatonina y de serotonina, la bajada de estas sustancias por situación de baja luminiscencia produciría en algunos sujetos un cuadro de estado de ánimo alterado. El aumento en la sangre de melatonina con la caída de la luz prepara el organismo para el sueño, podría producirse un aumento de esta sustancia por aumento de la oscuridad o días más cortos o de poca luz. En ciertas depresiones aparecen niveles bajos de serotonina, por lo que muchos psiquiatras ya solicitan directamente analíticas para valorar dichos niveles.

Actualmente se utilizan preparados de Melatonina para mejorar la calidad del sueño, cuando está ausente, pero si está en exceso produce adormecimiento y somnolencia. También algunos fármacos antidepresivos actúan sobre la serotonina. Pero no solo se utilizan estos fármacos para el tratamiento de la depresión, también para trastornos obsesivos y algunos cuadros de ansiedad y angustia: es el caso de los inhibidores selectivos  de la receptación de serotonina. En investigaciones recientes vinculan también los bajos niveles de serotonina con la gravedad de los síntomas de fibromialgia.

También existe una vinculación entre excesivo calor y aumento de la agresividad. Todos sabemos en nuestras latitudes lo que representa un insomnio o mal dormir por causa de las ‘olas de calor’. En un estudio llevado a cabo en el 2009,  en Urgencias del Institut Pere Mata de Reus por los Doctores en Psiquiatría: Dr. Miro, Dr. Xifro; Dr. Alonso y Dr Gómez se encontraron que las temperaturas altas influyen en una mayor afluencia de pacientes a consulta de urgencias psiquiatricas.

El hacinamiento en lugares reducidos está comprobado en otras especies como un aumento de las epidemias y de inclusos ataques entres sus congéneres. Las ratas que en laboratorios se han masificado en reductos, se atacaban unas a otras, devorándose incluso entre ellas. Los estudios que relacionan delito y ambiente, también se desprende que en las grandes urbes, el hacinamiento, que a su vez debilita otras circunstancias del medio, peor calidad del medio artificial, parece estar en la base del aumento del delito. Si bien no solo es el hacinamiento la explicación única del delito, pudiera tener cierto peso. Hombrados, en 1998, en su investigación consideró que la incertidumbre, la falta de control, la falta de predicción y las interrelaciones no deseadas, son las variables que explican los efectos negativos del hacinamiento.

Otra relación naturaleza y salud mental, viene definida cuando se establece la conexión entre desastres naturales y psicopatología, cuando la catástrofe natural excede lo soportable y aparece el duelo, por pérdidas considerables, tanto de seres queridos como de toda una vida de trabajo y esfuerzo, aparecen claramente indicadores de trastornos mentales y pérdida de salud general. Bien es conocida la película del Tsunami, ‘Lo imposible’, o los resultados de desolación y muerte tras el último terremoto. Años después los supervivientes de estas grandes catástrofes naturales pueden presentar secuelas no solo físicas, también psíquicas. La historia de la humanidad está repleta de situaciones de gran catástrofes naturales, que quedan en la memoria colectiva trascurridas varias generaciones, como algo que marco la historia y vida de quien las padecieron. En nuestro entorno más cercano, quien no ha oído hablar de  ‘la Estrella’, donde un torrencial de agua arraso todo un pueblo, donde murió casi toda la población bajo la crecida de sus aguas….

Pero una vez más, cuando hablamos del ser humano, de sus conductas y de sus emociones, no podemos resolver éstas con una simple valoración lineal causa – efecto. Siempre encontraremos múltiples influencias y también diversidad de respuesta ante idénticas condiciones. Es decir, el clima, la meteorología, las catástrofes naturales, y otros aspectos de la naturaleza en general no siempre actuarán igual en todos los individuos, ni son la única causa de sus estados físicos y psíquicos. Pero queda documentado que a pesar de ser sujetos de “polis”, los seres humanos en la actualidad y lejos ya de nuestros ancestrales hábitats,  seguimos estando vinculados íntimamente a cambios de nuestra esencia más primitiva con el planeta Tierra.