José Antonio Rodríguez. Asesor Fiscal.
Han sido las pasadas elecciones las que han castigado verdaderamente al PSOE por su gestión con Zapatero; los ciudadanos han tenido tiempo de reflexionar y vivir en sus carnes las consecuencias de una nefasta gestión económica en la que el despilfarro con cientos de propuestas sin ton ni son, conllevaron lamentablemente agrandar un enorme agujero económico y una fractura social que costará tiempo en resolverse.
La cantidad de enanos que le han salido a los socialistas en estas elecciones invitan a reflexionar sobre la necesidad de reforzar el bipartidismo, aunque previamente sea imprescindible una reforma profunda de su organización y sus gentes.
Reitero una vez más la necesidad de que para que nuestro sistema constitucional de gobierno perdure es imprescindible que los actores se renueven con mayor frecuencia y que las caras nuevas, frescas, con iniciativas sean algo habitual, una manera de proceder reconocida y aceptada.
Ha sido Rubalcaba con su enrocamiento quien ha provocado la lamentable situación en las filas socialistas, pues aunque es cierto que el único cargo que le quedaba por desempeñar era el de presidente del gobierno, la soberbia, enorme defecto de muchos dirigentes le cegó y ahora se ve obligado a abandonar la primera línea por la puerta de atrás, dejando al partido hecho unos zorros.
Nos encontramos actualmente en una situación más delicada que la atravesamos durante el año 2012 en la que estuvimos al borde de que nos intervinieran desde Bruselas porque no íbamos a ser capaces de pagar nuestra deuda, en la que las medidas de ajuste estaban siendo implantadas con crudeza y mucha dureza(nos subieron los impuestos a todos, que por cierto aún no han bajado), y lo es porque la incipiente recuperación es aún muy débil y necesita afianzarse durante algunos años para que de una vez empiece a haber empleo real, que sea un sentimiento y sensación compartida por muchos, y no con cifras que comparan un año, un mes, la fecha en la que cae semana santa o si llueve en un puente.
No nos podemos arriesgar a que la fragmentación política lleve a la ingobernabilidad del Estado o de las Autonomías, con nefastas consecuencias, porque nos guste o no nuestra tradición democrática reciente es escasa y menos lo es la de gobernar con estabilidad y normalidad en coalición, da igual sean de derechas o de izquierdas, basta recordar el altercado PSOE-IU por la adjudicación de viviendas en Andalucía recientemente.
A caminar se aprende caminando y a gobernar en coalición pactando y negociando; ahora bien, experimentos con gaseosa y en casa, que no está el personal para bromas y a los resultados del domingo me remito.
La catarsis es necesaria, el PSOE ya ha tomado nota y confiemos en que el proceso abierto no quede en una pura representación escénica, cuyo resultado sea más de lo mismo.