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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 00:44

Primarias

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Pues sí, lo que parecía imposible hace solo unos meses, ha ocurrido: Sánchez ha conseguido renacer de sus cenizas y derrotar a sus rivales. Habría que decir a su rival, Díaz, ya que López era un candidato virtual más que real.

Recordemos ante todo que el 21, solo votaron los militantes del PSOE y que, aunque la participación fue muy elevada, los votantes no llegaron a las 150.000 personas, un porcentaje insignificante del censo electoral español.

¿Qué significa la victoria de Sánchez? En primer lugar que vuelve a ocupar la Secretaría General del partido que perdió después de su segunda derrota electoral dejando a su partido con 85 escaños parlamentarios y con una pérdida de cuatro millones de votos, la peor situación desde su reaparición en la España democrática.

Sánchez abandonó su escaño y la Secretaría General dejando al partido en manos de una gestora que le era claramente hostil, como lo era también la casi totalidad del ‘establishment’ (ex Presidentes, ex Ministros, Presidentes autonómicos, notables etcétera), lo que daba a Sánchez un aire de orfandad y de absoluta soledad.

Está visto que nadar contra-corriente resulta últimamente muy rentable. Que se lo pregunten, si no, a Trump, Farange y otros. Contra todo pronóstico Sánchez ha ganado y por paliza, sumando más votos que sus dos rivales juntos.

¿Qué significa este regreso de Sánchez y qué consecuencias puede traer consigo? La lógica, si la hubiera, indicaría que después de las dos derrotas, cada vez más contundentes, sufridas por el PSOE, unas nuevas elecciones, por lo demás necesarias para que el revivido Secretario General pudiera luchar desde el Parlamento, indicarían que el PSOE volvería a perder y quedar con entre 60 y 80 escaños.

Pero aplicar a España los modelos conocidos en otros países europeos no siempre es certero. No olvidemos que ‘Spain is different’.

En primer lugar es posible que el PP prefiera mantener la legislatura ahora que ya tiene los presupuestos asegurados para un par de años. Y también cabe que Sánchez prefiera dar la batalla de la recuperación del partido desde fuera de las Cortes.

Sin excluir que, tras el muy meritorio renacer de Sánchez, caso bastante único en nuestra vida política, merezca el apoyo del votante que premie su audacia con mejores resultados que en el pasado.

La reconstrucción del PSOE no va a ser nada sencillo. Sánchez venció prometiendo unidad en el partido pero también asegurando que apostaba por un partido renovado  que rompiera con el pasado (con Felipe, ZP, Rubalcaba, los barones etc.) y mirara al futuro. Jugada arriesgada pero quizá certera vistos los nuevos vientos políticos que circulan por el mundo.

Claro que esos mismos aires indican que -especialmente en España- conseguir mayorías absolutas es casi imposible y que, hoy por hoy, la única vía para que Sánchez llegara a La Moncloa pasa por su pacto con Podemos y los separatistas creando un Frente Popular del que nos libramos por pelos hace escasos meses.