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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 22:25

Nacionalismo y patriotismo

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Actualmente hablar de Nacionalismo es anatema ya que se ha convertido en sinónimo de pretender destruir el orden internacional cuidadosamente montado en los últimos siglos. Y sin embargo no siempre fue así ya que gracias al nacionalismo aparecieron muchos de los Estados actuales. Bajo su bandera, desaparecieron los grandes imperios coloniales español, inglés, francés, portugués, belga y holandés, en América, Asia y Africa.

En el siglo XIX, al albur del Romanticismo y espoleados por grandes hombres de la política, la cultura y el arte, como Verdi, Chopin y Wagner, el nacionalismo propició el nacimiento de Estados tan importantes como Alemania e Italia. Renació también la milenaria Polonia que tras haber llegado a ser el mayor Reino de Europa, desapareció literalmente del mapa durante siglos debido a la freagilidad de sus señores feudales y el expansionismo de sus vecinos, Rusia, Prusia y Austris.

A mediados del siglo XX, Hitler impulsó su programa nacionalista (nazi), basándolo en la superioridad de la raza germana, la exclusión de los pueblos vecinos, la expansión por los territorios de todos ellos y la eliminación de las supuestas razas inferiores (judios, eslavos, latinos, gitanos etc) en la operación política mas ruin y delirante de la Historia Moderna y Contemporánea.

Con semejante tarjeta de presentación no es de extrañar que el nacionalismo haya llegado al siglo XXI, como una teoría impresentable ya que es considerada como excluyente, agresiva y destructiva.

El Patriotismo es un fenomeno muy diferente. Para empezar, no es una teoría política sino un sentimiento íntimo que nos mueve a amar la tierra en que hemos nacido, a aceptar su Historia y a respetar sus Instituciones y sus símbolos, la bandera, el escudo, el himno.

Un primer problema se presenta cuando el sentimiento patriótico es miope centrándose en la aldea, la ciudad o la provincia donde uno nació, ignorando al conjunto del país y surge así el cantón de Cartagena, el terrorismo vasco o el separatismo catalán.

El patriotismo bien entendido es un sentimiento que debe ser comun a todos los humanos y que en el fondo es lo que los convierte en buenos ciudadanos, en personas ejemplares y decentes. Y, sin embargo, por distintas razones, en algunos paises existe un superavit de patriotismo y en otros, un claro deficit de dicho sentimiento.
Tienen el patriotismo más a flor de piel los Estados que se formaron más recientemente, particularmente Alemwnia que, por añadidura, vio su territorio partido en dos fracciones durante cerca de medio siglo. También fue muy nacionalista la renacida Polonia. Y por otro tipo de razones, lo fueron aquellos países que, como los de Europa Central y Oriental vieron desaparecer su soberania por la imposición del poderoso vecino sovietico.

No es de extrañar que en este último grupo, existan resistencias a aceptar partidos de izquierdas que les retrotraiga a tiempos que prefieren olvidar e incluso que se resistan a la pérdida de eu soberanía aunque las instrucciones provengan de Organizaciones tan beneficiosas para ellos como la Unión Europea que está contribuyendo grandemente al desarrollo de la región.

Este sentimiiento debe comprenderlo la Unión Europea aunque ésta no puede fijar unas normas comunitarias a la carta. Deben tenerlo también muy en cuenta los países del antiguo Pacto de Varsovia entendiendo que el hiperpatriotismo puede ser tan pernicisioso como la carencia de este sentimiento.

España se encuentra entre los paises que poseen un déficit patriótico. Es el único pais que conozco que, de su Historia, solo cree las versiones más destructivas que insisten en la España inquisitorial y en el genocidio del mundo americano. Que creen que respetar la bandera es facha, emocionarse con el himno es cursi y que ser de derechas es fascista.

Hay pocos países que puedan ofrecer un legado cultural tan rico como el nuestro, pero también hay pocos que presenten una realidad cultural actual tan pobre como España en que se acepta cualquier relato independentista a pies juntillas, en que hay una fragilidad nacional alarmante a la vez que se siente profunda admiración por los Estados vecinos. Un país que no respeta su idioma pese a ser uno de los mas poderosos del mundo, un país que no consigue arrancar económicamente implicando a todos sus ciudadanos sin excepción, un país fiestero, rosa, de sol y playa, que parece estar contagiando a toda Europa que, si no nos andamos con cuidado, puede convertirse en el balneario del mundo, mientras las fábricas, las oficinas y los cuarteles están en otros lugares.

Créanme, no hay nada en la izquierda que sea sustancialmente superior a la derecha, más bien lo contrario sería cierto. La izquierda ha alcanzado no pocos logros sociales en los años en que ha gobernado en España pero lo ha hecho arruinando al país. Ruina de la que lo ha sacado la derecha.

Derecha e izquierda se han mostrado pusilánimes a la hora de defender a la patria. En las estadísticas realizadas recientemente, menos del 20% de nuestra población estaría dispuesta a luchar por defender nuestro país de una invasión. En un partido de fútbol, en una manifestación, lo primero que el publico se siente obligado a hacer es ofender la bandera constitucional y silbar al himno. Sin que haya gobierno con arrestos suficientes para suspender una manifestación o mucho menos un partido de fútbol cosa que si hizo Sarkozy en la vecina Francia.

Y cuando nace un partido como Vox que defiende el sentimiento patriótico o cuando el nuevo PP se inclina más a la derecha, la extrema izquierda les tacha de ultras y fascistas. Es de esa extrema izquierda de donde provienen los más espantosos insultos antipatrióticos. Pero ya lo decía Churchill "Los fascistas del futuro se llamarán a si mismos, antifascistas". Ya estamos en ese futuro.