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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

¿25-D?

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Afortunadamente, durante los meses de Julio y Agosto nuestra casa se ha llenado con nuestros hijos y nietos y la alegría que ellos nos transmitieron vino a compensar el hastío político que se respira en España y que se transluce hasta la saciedad a través de los medios informativos.

Nuestro país está al borde de la melancolía después de casi un año con gobierno en funciones y con todo tipo de rumores que vienen a confirmar lo que ya sospechábamos desde hace tiempo: que los líderes políticos, con la única excepción de Mariano Rajoy, no están a la altura de las circunstancias, en especial Pedro Sánchez y la camarilla que lo rodea.

El panorama ha sido repasado tantas veces que me resisto a repetirlo: nuestro sistema electoral parece ideado para impedir la gobernabilidad del país. Era aún válido en los tiempos del bipartidismo pero ya no lo es cuando, con el fraccionamiento de los partidos, alcanzar la mayoría absoluta resulta casi imposible y, como estamos viendo, alcanzar acuerdos resulta difícil a menos que los partidos renuncien en muchos casos a su propia esencia.

El PP está dispuesto a aceptar las 7+80 condiciones que le impone Ciudadanos y que coinciden casi literalmente con las que antes había pactado con el PSOE.

A Ciudadanos parece serle indiferente inclinarse a la derecha como hacerlo a la izquierda lo que significa que el partido naranja es una formación de centro pero también indica que no es sino un amable componedor, un ‘celestino’ empeñado  -y no es poco- en que se forme gobierno aunque éste sea incapaz de gobernar desde sus insuficientes escaños.

El PSOE se encuentra en el peor momento de su historia -excepción hecha de los tiempos del franquismo-. Tras hacer el ridículo con su fallido intento de investidura en la pasada Primavera, ahora se resiste a facilitar la formación de una mayoría en torno al partido que ganó las elecciones por tercera vez consecutiva y ello a pesar de que los socialistas han gobernado con o sin mayoría absoluta durante los dos tercios de nuestras cuatro décadas  de democracia.

Unidos Podemos ni está ni se le espera, al menos por el momento.

De forma que de las tres posibilidades teóricas de salida del actual impasse (gobierno del PP con apoyo de C,s y algunas abstenciones adicionales, formación de un Frente Popular o terceras elecciones), apuesto por la primera de ellas convencido de que la segunda nos llevaría a la catástrofe y la tercera, al desprestigio.

Quizá confundo mis deseos con la realidad, cosa que, reconozco, me ocurre con cierta frecuencia, pero estoy convencido de que no habrá terceras elecciones y ello por las dos razones siguientes:

1-Porque el resultado sería parecido al del 20-D o al 26-J, acaso con el encogimiento adicional del PSOE, con la posibilidad del sorpasso y con un descenso importante del número de votantes en especial si la fecha electoral es el 25 de Diciembre.

2-Porque las consecuencias económicas y políticas (carencia de presupuestos generales, paralización legislativa, agarrotamiento del gobierno central así como de los autonómicos y municipales) serían gravísimas.

Todavía creo en la sensatez de nuestra ciudadanía y de nuestro sistema político. Entre la Corona, las restantes instituciones, los partidos y el pueblo, hemos de lograr salir ahora del laberinto en que nos encontramos formando gobierno y siguiendo con la recuperación que encauzó adecuadamente el PP hace cuatro años.