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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 23:10

Dos presidentes para Cataluña

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

De todos los disparates que se vienen oyendo desde que empezó la actual crisis catalana, ninguno es tan ridículo y ofensivo como el que, para resolver el rompecabezas montado tras la fuga de CP, propondría la creación de una presidencia dual, con una cabeza simbólica y otra ejecutiva.

Debemos entender que la simbólica estaría conducida desde Bélgica y representaría una especie de Corona Republicana en el exilio que ostentaría un individuo imputado de gravísimos delitos tales como rebelión, sedición, malversación, prevaricación y desobediencia a los que habría que añadir todos los acumulados por las ofensas, insultos y descrédito inferidos contra España.

Aunque CP insiste en que su función no sería solo figurativa sino que debería tener un contenido real, no queda claro como coordinaría su relación con el presidente ejecutivo emplazado en España. Por ello cabe deducir que CP está pensando para sí mismo en una función muy semejante a la que en las Monarquías -y tanto en Bélgica como en España como en su modelo danés, tiene buenos ejemplos- desempeñan los Reyes.

La presidencia ejecutiva por el contrario, se encontraría en Cataluña, o mejor dicho, en España, en la cárcel de Estremera (Madrid). A fin de cuentas la idea surgió de la preclara mente de Oriol Junqueras.

Probablemente pensaba OJ que la tarea del ejecutivo seria semejante a la del Primer Ministro en las democracias occidentales o el presidente en España. Y su tarea seria llevar adelante la gobernanza de Cataluña despachando semanalmente con su colega y jefe en el exilio.

Magnífico binomio, extraordinaria solución para una de nuestras 17 autonomías. No es bastante que en cada una de ellas tengamos una presidencia, un parlamento, un tribunal de justicia, cientos de alcaldes, de concejales, de directores generales, etc. sino que ahora se nos propone duplicar las presidencias.

Naturalmente cada una de ellas debería estar provista de su respectivo sueldo y por encontrarse ambas desplazadas del territorio gobernado, deberían tener elevados complementos salariales hasta alcanzar unos 200.000€ per cápita que abonaríamos usted y yo vía Montoro.

En fin señores, perdonen la broma. Somos tontos pero no tanto. Confiemos en que un dislate de esta categoría sea desmontado desde ya y que nuestros gobernantes empiecen a buscar otras soluciones, por ejemplo aplicando el 155 de forma más rigurosa.