Enrique Domínguez. Economista.
En plena campaña turística se está comprobando que el sector está volviendo por sus fueros, que aumenta tanto el número de viajeros como el de pernoctaciones y, lo que es más importante, la estancia media y el gasto medio por viajero.
También se incrementa el empleo en los diferentes sectores relacionados directamente con la actividad turística y ello se constata en el descenso de las cifras de paro registrado en junio y julio. También el retroceso en la tasa de paro sobre la población activa, la EPA, viene influenciado en gran medida por la actividad de este sector. Actividad que, como es bien sabido, es claramente estacional en el caso de la provincia de Castellón.
Ese aumento del empleo se da en trabajos temporales que se repiten año tras año. Esa misma temporalidad y las elevadas cifras de parados en la provincia, hacen que la oferta de mano de obra para el sector turístico sea elevada y, por ende, que a pesar de incrementarse el empleo y las demandas de los empleadores, el salario se mantenga estancado. Y lo que es fundamental para el futuro del sector, el nivel de formación del trabajador deja bastante que desear tanto en calidad del servicio como en conocimiento de idiomas, por ejemplo.
Nos vanagloriamos de las cifras de viajeros que se alcanzan en España y que se sitúan muy próximas a las de Estados Unidos; se señala que España puede pasar a ser el primero del mundo en número de turistas. Sin embargo, Estados Unidos ingresa por los viajeros que recibe cuatro veces más que España. ¿Qué ocurre? Pues algo muy claro, la calidad del turismo recibido es distinta y los productos turísticos ofrecidos, también.
Y aquí viene la pregunta básica, ¿seguimos insistiendo en ser el país con más turistas recibidos (se dice que al ritmo actual, se podría duplicar en siete años), pensamos en cómo conseguir que los visitantes gasten más o qué ofrecer para que venga un turismo distinto o un mix de los dos?
En la provincia de Castellón el turismo que nos visita no se caracteriza, precisamente, por ser de alto standing. Es un turismo de sol y playa, en gran medida, de procedencia española en torno al 80%, que va a establecimientos hoteleros, sobre todo, y luego a apartamentos, campings y turismo rural, que utiliza su vehículo propio y que suele repetir el lugar de destino.
Las características del turismo que nos visita apenas han variado en los últimos cuarenta años. Desde hace poco tiempo, el aeropuerto permite un cierto incremento de la afluencia de extranjeros y la creciente relevancia de festivales de música acentúa la presencia de gente joven extranjera, que eleva las cifras de viajeros pero que apenas aumenta el gasto medio por turista.
Seguimos sin aprovechar algo que no nos pueden quitar, salvo si el cambio climático se acentúa, y es la estupenda temperatura durante el otoño, el invierno y la primavera. Sin embargo, apenas hay establecimientos relacionados con la actividad turística abiertos, y ello hace que la estacionalidad de la actividad turística se mantenga.
Y esto es la pescadilla que se muerde la cola: apenas se invierte en nuevas plazas hoteleras y extrahoteleras, apenas mejora la calidad del servicio ofrecido, no mejora lo necesario la formación del trabajador temporal y cada localidad sigue haciendo la promoción por su cuenta en gran medida.
Este año, me temo, que, una vez más, las ramas no nos dejan ver el bosque. Es decir, las buenas cifras, normales sin embargo, del paro en estos meses, la mayor afluencia de viajeros nacionales y extranjeros, el descenso de la tasa de paro sobre la población activa, el hecho de que España sea el país de la UE con mayor crecimiento del PIB (aunque se olvida que en paro también somos de los primeros) hace pensar que todo va mejorando cuando, en realidad, seguimos cayendo en los mismos defectos.
Aumenta el número de viajeros, crece algo el gasto medio por turista, pero seguimos sin disponer en Castellón de la panoplia de productos turísticos que decimos tener pero de una manera totalmente organizada, coordinada y actualizada y disponible para cualquier persona en una web. De poco servirán las infraestructuras de transporte si no disponemos de esa panoplia de productos turísticos.
Lo ideal desde mi punto de vista es aumentar la cantidad hasta niveles sostenibles y la calidad del turismo que nos visita, pero ¿se está trabajando realmente en esa línea? ¿Qué opinan ustedes?
