Enrique Domínguez. Economista.
Por quinto mes consecutivo el número de parados ha disminuido. Si a finales del pasado febrero eran 50.876 las personas registradas en el Servicio Público de Empleo Estatal, el último día de julio eran aún 45.968.
Como aspectos positivos cabe decir que la provincia de Castellón ha sido la 12ª con mayor retroceso porcentual respecto a doce meses antes. También es un elemento favorable el descenso del número de parados en todos los grandes sectores económicos, en particular en el de servicios y, luego, en el industrial. El descenso en el sector servicios es debido, en gran medida, al sector turístico y hostelero, pero también es importante que la industria reduzca su paro, lo que encaja con la mayor dinamicidad que se aprecia en las exportaciones de nuestros principales sectores.
Los contratos y su tipificación también han manifestado una trayectoria positiva: en los siete primeros meses de 2016 su número se ha incrementado en un 8,13%, porcentaje bastante superior al de la Comunidad Valenciana (CV) y al de España. Y también es muy significativo que la provincia de Castellón sea la séptima en cuanto a porcentaje de contratos indefinidos formalizados este año, mientras en 2015 era la 12ª provincia. El 10,80%, de esos contratos han sido indefinidos frente al 9,10% en la CV y al 8,78% en España.
Un tercer aspecto positivo este mes ha sido la evolución de la afiliación a la Seguridad Social. A finales de julio, el número de afiliados se ha incrementado en 4.531 respecto al mes anterior y en 7.100 respecto a julio de 2015. Hay que significar que estos incrementos respecto al mes anterior se han producido fundamentalmente en el Régimen General en sentido estricto, siendo mínimos los aumentos en Autónomos y en el Régimen Especial del Mar y escasos también los descensos en los Servicios Especiales Agrario y del Hogar. Respecto a julio de 2015 se han registrado pequeños descensos en Autónomos, ligeros aumentos en los regímenes del Mar, Agrario y Hogar e incrementos sobre todo en el Régimen General en sentido estricto.
Todo esto, pues, es positivo y se presta en tiempos postelectorales (¿o nuevamente preelectorales?) a hablar, bien de clara recuperación de la economía gracias a las medidas implementadas, bien a señalar que bueno es que el paro descienda pero todavía quedan demasiadas personas, muchas de ellas, sin derecho al paro por haberlo agotado y con escasas perspectivas de empleo.
Es cierto que desciende el paro en este mes aunque no ha sido el mes de julio con mayor retroceso. Pero se mantiene la temporalidad. Cuando termine la temporada turística volveremos a tener más parados. Casi un 20% de paro según la última encuesta de Población Activa es demasiado.
Lo preocupante es que se está haciendo poco todavía para reducir la estacionalidad en un sector de futuro como es el turístico y para mejorar la calidad media de nuestras producciones industriales. ¿Por qué digo esto? Pues porque nuestros sectores industriales, en particular el cerámico, siguen vendiendo en gran medida por precio, y porque es fundamental invertir de manera relevante en innovación e investigación. Y en mejorar nuestras infraestructuras de transporte. Ahí está el famoso corredor del Mediterráneo que, como insinuaba en un artículo anterior, podría verse afectado por el efecto de la ampliación del canal de Panamá.
Por tanto, bueno es que baje el paro pero considero que es difícil que ello contribuya a la mejora real de nuestra economía si no se tiene en cuenta lo dicho en el párrafo anterior. Y mucho me temo que en este impasse político, en el que el consenso y el pacto parecen no existir, conseguir lo anterior será más complicado. ¿Qué opinan ustedes?
