Luis Andrés Cisneros.
Pues sí, querido lector, aunque no se lo parezca en estos momentos y según los Comisarios Políticos de nuestro Ayuntamiento, se van a confirmar los peores pronósticos que, sobre la convivencia en Castellón, se habían vaticinado.
El inefable y omnipresente Comisario de Normalización Lingüística, Transparencia y Pureza de la raza pancatalanista, García, aprovechando que el próximo mes de diciembre se van a cumplir 85 años (la fecha es lo de menos) de las Normas de Castellón, se ha quitado la careta y ha proclamado, de una manera formal e inequívoca, la desaparición de la lengua valenciana y su entrega al más puro catalanismo.
Y no ha podido ser más claro, según sus propias palabras ‘un hecho muy importante para la ciudad, como son las Normas del 32. no tanto por su calidad, sino por lo que significa como unidad de la lengua catalana’. DEP la lengua valenciana.
Para todo ello, cuenta con el apoyo incontestable de entidades ligadas al mundo catalán, las cuales, reciben subvenciones encaminadas a que, en un futuro que ellos esperan no esté muy lejano, se pueda constituir una nueva nación, libre del yugo español.
Hay que recordar que, por ejemplo dentro del edificio que el Ayuntamiento rehabilitó en la Plaza Huerto Sogueros se encuentra ubicado el Instituto de Estudios Catalanes. Seguro que, y según diría García, esto es así por el clamor popular que pedía la ubicación de este ente. Sólo faltan Omnium Cultural y la ANC, pero todo se andará.
Para conmemorar dicho acontecimiento, el de las Normas de Castellón, se ha confeccionado un apretado programa de actos, todos ellos protagonizados por entidades o personajes de corte pancatalanista.
Recordemos que las tan cacareadas Normas de Castellón, están siendo controvertidas. Para ello les remito a que lean el estupendo estudio científico que Ramón García Hernández en la revista Renou de la Asociación Cultural Cardona Vives. También lo pueden ver en la página web de la Asociación.
Tras un exhaustivo y concienzudo estudio, el autor llega a la conclusión de que tales normas obedecieron más a una imposición política catalanista que a la auténtica lingüística del valenciano.
Es muy probable, yo diría que casi con toda seguridad, ninguno de los actuales Comisarios Políticos de nuestra Casa Consistorial lo han leído.
Allí se escribe una cita del gramático, erudito y religioso español, Luís Fullana Mira que dice: ‘Cómo no va a ser el valenciano un idioma si fue la lengua de un Reino’. Los otros fueron condados.
Ya entonces, las subvenciones que venían desde el Norte y los cantos de sirena que las acompañaban, convencieron a los firmantes de aquella reunión del año 32, a renegar de su lengua y plegarse a los designios de los que tenían otras ideas políticas, que no lingüísticas.
Claro, pero hay más. De todos es sabido las multitudinarias manifestaciones y, altercados que se han producido un día sí y otro también para que se pusiera en marcha la ¿Televisión Valenciana? Algo indispensable, y mucho más importante que, por ejemplo, acabar con las listas de espera en la Sanidad.
No contentos con ello, y tras una consulta popular que hizo el Rey de la Participación y Transparencia, García, se vio que la Comunidad Valenciana se iría al traste si allí no se pudiera ver laTV3. Esa emisora púbica, golpista, adoctrinadora e hispanófoba que puede ser el espejo en el que se mire la nueva Televisión Valenciana. ¿O no señor Puig?
Aunque, a lo mejor, es más conveniente apoyar o subvencionar los medios de comunicación audiovisuales de Morella donde, curiosamente, su propietario tiene el mismo apellido que el Presidente de la Generalidad.
Y ¿qué hacemos con los residentes en la Comunidad Valenciana que son nativos de Aragón, Murcia o Castilla La Mancha? Todas ellas comunidades limítrofes. ¿No tienen derecho a ver las emisiones de sus lugares de origen? ¿Son ciudadanos de segunda o inexistentes? ¿No pagan sus impuestos igual que cualquier otro habitante de nuestra comunidad?
A lo mejor es que desde esas comunidades vecinas, no entra ni un euro en subvenciones para los partidos promotores de este racismo lingüístico.
Las campañas de acoso y derribo al español y al valenciano por parte de nuestras autoridades podrían figurar en el libro de estilo de un Gobierno totalitario, que encajaría muy bien en la Rusia de Lenin o Stalin. Aprenda de VOX y léase el Manifiesto de Villamarchante, Comisario García
Por cierto, parte de ese dinero invertido en imponer cueste lo que cueste el catalán, ¿no se podría destinar a que la vigilancia en nuestra ciudad fuera más eficaz?, ¿en lograr que las cámaras de seguridad no se estropeen en momentos puntuales?. A lo mejor es que los de las BAF tienen acceso al panel de control de dichas cámaras y las manejan a su antojo.
Lo dicho, señor García, felicitarle por haberse decidido a salir del armario pancatalanista pero, aunque se lo pida el cuerpo, no margine a sus ciudadanos, ya lo hace con la enseñanza y el ataque al español, pero lo último ya es saña.
No me olvido ¿A cuánto asciende la subvención que reciben los Amigos del Ribalta? A lo mejor estos sí que son de Ciudadanos de Primera.
¡Viva España!
