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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 10:28

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Por lo visto, oído y leído recientemente, parece ser que el apoyo incondicional ofrecido por el PSOE a Rajoy, en la situación que se está viviendo con la farsa independentista de Cataluña, queda condicionada a la promesa del Presidente del Gobierno a estudiar seriamente unos cambios  de la Constitución Española.

Incluso al parecer también Ciudadanos se muestra abiertamente favorable a esta posibilidad.

No me parece descabellada la idea, siempre que antes de empezar, tengan muy claro los ‘padres de la Patria’ que vayan a ocuparse del tema y a formar la Comisión correspondiente a donde quieren llegar.

Y por supuesto ahora es el momento menos indicado para poner en marcha ese mecanismo o comisión de trabajo, ya que la mayoría de los españoles lo íbamos a interpretar como una concesión gratuita a los golpistas, aunque posteriormente no fuese así.

Fundamentalmente Ciudadanos, PP Y PSOE (por orden alfabético para no herir susceptibilidades) que son los únicos entre nuestros partidos políticos actuales de cierta importancia que quieren proteger a nuestra Constitución y han demostrado fehacientemente que son defensores de lo que ella representa, tienen que tener muy claro hasta donde quieren llegar para no despertar falsas esperanzas en quienes están muy empeñados en acabar con ella y con lo que representa, para enterrarla.

Luego la Comisión deberá estar abierta a todos los partidos y decidir el nivel participativo que se le quiera dar a cada partido en función de su representación en nuestras Cortes Generales, pero estos tres partidos que son los constitucionalistas, no deben de abrir ese melón, sin estar de acuerdo en el destino que se la va a dar, tanto a su corteza, como al contenido del mismo.

En mi opinión personal, hay bien pocas cosas a cambiar en la Constitución española actual, pero mientras se mantenga lo esencial de la misma, como es la unidad e indisolubilidad de España como Nación, la igualdad de todos los españoles ante la ley, la separación de los tres poderes y la forma de estado  todo lo demás puede ser discutible siempre dentro del más puro sentido común.

A unos les sobrarán algunas instituciones como el Senado o las Diputaciones Provinciales como representaciones territoriales, a otros las 17 Autonomías, a otros la injusta valoración que tienen los votos de los españoles, según donde vivan, en vez de tener el mismo valor en todas las circunscripciones, otros preferirían elecciones a doble vuelta como  los ‘ballotages’ que se hacen en Francia, en cuyo caso solo acuden a la segunda vuelta los dos partidos mas votados en cada circunscripción y así seguiríamos enumerando mil detalles diferentes, que nunca contentarían a todos.

Por eso sería de insensatos iniciar un nuevo período constitucional, que iba a abrir muchas mas heridas de las existentes, porque cada partido en vez de pensar en el interés nacional español, irremediablemente en cada momento analizaría la estrategia que le resultaba mas favorable para sus intereses partidistas y en vez de encontrar una solución a los  problemas existentes, se abriría una ‘Caja de Pandora’ de muchos más problemas, de los que existen actualmente.

Hay que tratar de hacer los cambios que se manifiesten abiertamente evidentes, pero sólo esos.

En mi opinión una España constituida como una Monarquía o  República Federal, ni suma ni resta descentralización a la actual España de las Autonomías.

Es bien sabido que en toda Europa, no existen mayores limites de autogobierno, que los que hay hoy en España y es precisamente ese exceso en la cesión de Educación y diferentes trato fiscal entre nuestras Autonomías, así como en Sanidad, lo que ha producido toda la problemática que estamos viviendo ahora.

Unas veces por sectarismo e inducción al odio por lo español y  otras por ventajas fiscales a territorios determinados que molestan a quienes no las tienen.

Probablemente sería más conveniente devolverle al Estado la gestión de la Educación y la Sanidad y al mismo tiempo equiparar el trato fiscal en todo el territorio español, que ningún otro cambio Constitucional.

Pero como ‘doctores tiene la Iglesia’ y no soy uno de ellos, espero que a quien corresponda tome buena nota, de que cualquier cambio Constitucional debe ir dirigido a solucionar problemas, no a aumentar los ya existentes.

Y hasta que llegue el momento de cambiar nuestra Constitución, que indudablemente no tiene que ser  ahora, porque debe de hacerse sin prisas y con mucha calma, lo fundamental es respetar la Constitución que tenemos y juzgar y condenar sin el menor titubeo a todos los que pretendan ignorarla y vulnerar su sistema legal perfectamente especificado.

Las dudas, las componendas y los tejemanejes de nuestros políticos no ayudan en nada a que los españoles respetemos como se debe la única Constitución de que disponemos para todos.

Ningún Estatuto de Autonomía por mucho que se empeñen algunos políticos delincuentes, puede estar por encima de la Constitución que les ha permitido existir y les ha  dado amparo.

Así que se trata de agilizar los procesos judiciales de los delincuentes y hacerles cumplir sus condenas sin la menor concesión.

De no actuar de ese modo:

¿Para qué sirve la Constitución, si no la hacemos respetar?