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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

Los ‘problemólogos’ de la Comunitat Valenciana

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Mercedes Ventura. Diputada autonómica de Ciudadanos por Castellón.

En una conversación con mi compañera Rosa, comentábamos que mucha gente manifiesta estar desencantada con la política y termina afirmando que no les interesa lo más mínimo. Escuchar esta frase me duele como política y como ciudadana.

Como política, porque se evidencia que el sistema falla y que la política se ha desvirtuado de su esencia, que es buscar el bien común, porque algunos políticos han buscado el bien propio sin pensar en la gente que confiaron en ellos para la representación de la ciudadanía.

Por otro lado, como ciudadana, me genera tristeza porque veo la frustración de tus iguales ante el activismo político, pensando que han tirado la toalla ante la realidad que se vive cada día.

No obstante, en mi insistencia en que seamos ciudadanos críticos y activos en la búsqueda de nuestro bienestar, me gusta preguntarles qué entienden por política. Yo entiendo la política como una vocación de servicio que intenta ofrecer medidas eficaces para gestionar la convivencia, la economía, la educación, la salud... En definitiva, intenta desarrollar medidas que garanticen el bienestar de la sociedad.

Yo, como ciudadana a pie, que entró hace casi dos años en política, intento escuchar a los valencianos y transmitir a la Cámara sus necesidades para que el Gobierno de respuesta a las mismas. Esta situación me genera felicidad porque contribuyo a ser la voz de muchos que me piden ayuda y debo admitir que no hay nada más hermoso en el mundo que intentar contribuir en la felicidad de otros.

La parte menos agradable, es que los que gobiernan te oyen, pero no te escuchan porque no les interesa, bien sea por ideología o porque no saben cómo proceder. En este último punto, puedo entender que gestionar todos los aspectos que afectan a la política (educación, sanidad...) puede ser complejo, pero la voluntad de querer hacerlo es un grado y sobretodo de intentarlo.

Porque los valencianos han confiado en ellos y deben ser cercanos a sus problemas y ser unos ‘solucionólogos’. Por el contrario, en nuestra Comunidad me estoy encontrando que el Gobierno se aleja del problema del ciudadano a pie porque se centra en su ideología convirtiéndose en grandes ‘problemólogos’ para la sociedad.

Solo hay que recordar, por el ejemplo, el malestar que está generando el modelo plurilingüe y las restricciones que tiene la jornada continua con las actividades extraescolares del señor Marzà, o la problemática creada con los horarios comerciales, entre otros. Es aquí donde se generan los conflictos sociales, cuando no se escuchan las necesidades de la sociedad civil y se incurre a la deslealtad al ciudadano al que representas. Esta deslealtad es producida por una lealtad ideológica.

Es más, este malestar hacia la política se incrementa cuando el ciudadano se siente engañado por la demagogia de muchos titulares y promesas que nunca llegan a ejecutarse. En la Comunitat Valenciana los diferentes gobiernos han sido expertos en esta materia. Pero centrándome en el Gobierno del Botànic, este se lleva el premio en la puesta en escena y a la hora de la verdad ‘res de res’.

Mucho se ha hablado de eliminar barracones como prioridad en educación, pues lamento indicar que seguimos con un elevado número de barracones y cada curso académico se siguen alquilando nuevas aulas prefabricadas, así como la baja ejecución en su presupuesto. Por otro lado, se habla de crear empleo pero no se conocen sus políticas de acción, solo por hablar no se generan nuevos puestos de trabajo, hay que apostar por una estrategia que reactive la economía.

Es más, hablan de economía y empleo y el Gobierno no ejecuta presupuestos y deja ayudas, líneas y subvenciones por publicar. El cáncer que tiene este gobierno es la baja ejecución de los presupuestos parece que están anestesiados de la alegría de gobernar y que esta legislatura durará cien años.

Menos mal que el tiempo pasa rápido. Por eso le digo al Consell que despierte de este sueño y que se pongan a trabajar por los ciudadanos. ‘Tempus fugit’.