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miércoles, 24 de abril de 2024 | Última actualización: 13:56

La crisis política y económica pasa factura a los dos grandes partidos de Europa

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La gran crisis política y económica sufrida por Europa no podía pasar en balde en esta consulta europea y de esta forma, los dos grandes partidos que se han alternado en el poder, han sido seriamente castigados en las urnas con una pérdida de millones de votos. La casi totalidad de los 28 países, con la excepción de Alemania, España e Italia, ha conocido la derrota de los partidos gobernantes que se han visto rebasados o inquietados ya sea por formaciones de derechas como el Frente Nacional de Marie le Pain en Francia, el partido independentista británico UKIP de Nigel Ferange en Reino Unido u otras formaciones semejantes en Austria, Finlandia o Países Bajos, o por partidos de izquierdas como en Portugal, Grecia, Italia y España.

Jorge Fuentes. Embajador de España

Las elecciones celebradas en los 28 países de la Unión Europea, tenían por objeto elegir los 751 miembros del Parlamento cuyos escaños serían distribuidos entre los países en función de su población, correspondiendo a Alemania 96 escaños y a países como Malta, Chipre y Luxemburgo, 6. España eligió 54 europarlamentarios.

Acaba de completarse la octava legislatura europea. Las cuatro primeras, celebradas entre 1979 y 1999, fueron ganadas por los partidos socialdemócratas. Las tres siguientes, entre 1999 y 2014, conocieron la victoria del Partido Popular Europeo. En las recién cerradas, ha vencido de nuevo el PPE por 212 escaños, frente al PS con 186.

Jorge Fuentes, autor de este artículo.
Jorge Fuentes, autor de este artículo.

El índice de participación en Europa ha sido bajo (el 43,11%) aunque no tanto como se temía. Y ello teniendo en cuenta que en Grecia, Chipre, Bélgica y Luxemburgo el voto es obligatorio. España alcanzó un 45,69%. Estas cifras no deben escandalizarnos demasiado si tenemos en cuenta que en la mayor democracia occidental, los Estados Unidos, las elecciones presidenciales nunca alcanzan el 50% de participación.

Vistas así las cosas podría parecer que nos hemos movido dentro de los límites de la normalidad. En Europa seguiría viva la alternancia en que después de un ciclo en que triunfaban las izquierdas, continuábamos con otro en que dominaban los conservadores. Bipartidismo en estado puro. Un estudio detenido de los resultados nos descubre nuevas pistas.

La gran crisis política y económica sufrida por Europa no podía pasar en balde en esta consulta y de esta forma, los dos grandes partidos que se han alternado en el poder, han sido seriamente castigados en las urnas con una pérdida de millones de votos (cinco millones en España, diez veces esa cifra en Europa).

A nivel europeo, la casi totalidad de los 28 países, con la excepción de Alemania, España e Italia, ha conocido la derrota de los partidos gobernantes que se han visto rebasados o inquietados ya sea por formaciones de derechas como el Frente Nacional de Marie le Pain en Francia, el partido independentista británico UKIP de Nigel Ferange en Reino Unido u otras formaciones semejantes en Austria, Finlandia o Países Bajos, o por partidos de izquierdas como en Portugal, Grecia, Italia y España.

En todos los casos el malestar existente derivado de la crisis económica, con índices intolerables de paro, descrédito de la clase política, quiebra de las instituciones, convicción de la inoperancia de la Unión Europea, aflora con la aparición de partidos de corte anti-sistema o eurofóbicos que todos ellos tienen como consecuencia debilitar el bipartidismo.

De los 751 escaños del parlamento europeo, alrededor de cien estarán ocupados por diputados anti-europeos que buscarán torpedear la idea de Europa, de sus instituciones y sus mecanismos lo que va a convertir aquel foro en un lugar difícilmente gobernable.

Los dos grandes partidos y sus líderes, Juncker y Schulz, negocian en estos momentos quién accederá a la presidencia de la Comisión sucediendo a Durao Barroso. No se descarta la posibilidad de una gran coalición entre ellos para salvar lo salvable.

El presidente del Parlamento Europeo.
El presidente del Parlamento Europeo.

En España, el desplazamiento del voto ha castigado a los dos grandes partidos que entre ambos han perdido cinco millones de votos. El caso del PSOE es más grave ya que no ha tenido el desgaste del poder y los votantes se le han escapado hacia otras formaciones de izquierdas (IU y Podemos) más convincentes  a los ojos del votante y no responsabilizados con la pésima gestión de la izquierda entre 2004 y 2011.

De particular interés resulta la aparición en escena de ‘Podemos’, cooperativa constituida hace cuatro meses, alimentada por miopes tertulias televisivas de derechas, su líder Pablo Iglesias  consigue atraer 1.2 millones de votos que le convierten en cuarta fuerza nacional y le valen 5 escaños en Estrasburgo. ‘Podemos’ viene a ser la articulación  política que tantos habían echado en falta, de los indignados, del movimiento 15M, los desahuciados, los parados, los “escracheantes” etc.

Por la derecha los votos se escaparon de otra forma. El PP tuvo suficiente habilidad para evitar el crecimiento de hijuelas y Vox se quedó en la calle. Al votante no le convenció que Vidal Quadras siguiera viajando en business y continuara cobrando por Bruselas después de haberlo hecho durante varias legislaturas en nombre del PP.

Resulta llamativo comprobar que sumando los votos de los partidos situados a la izquierda del PSOE que incluirían IU, Podemos, Bildu, BNG, ERC y Primavera Europea rebasan el voto del PP y por supuesto el del PSOE. En realidad, solo entre IU y Podemos se quedan a tres escaños del PSOE.

Al igual que en otros países de la Unión, en España nos preguntamos si cabe interpretar estas elecciones en clave europea o hay que hacerlo en nacional siguiendo la creencia  que el votante se permite el lujo de ser menos responsable en las primeras que en las segundas. Sin duda hay parte de verdad en este razonamiento, pero los partidos clásicos cometerían un grave error si no tomaran en serio lo que acabamos de presenciar y no aprendieran la lección de cara a las múltiples consultas que llegan en 2015, empezando por la muy preocupante de Cataluña del 9 de Noviembre. El aumento de participación en Cataluña y el País Vasco, la victoria de ERC sobre CiU deben interpretarse en tono separatista. Los catalanes y los vascos no votaban por Europa sino por su independencia.

Una repetición de estos resultados en las próximas elecciones municipales, autonómicas y legislativas iban a dejarnos un complicadísimo panorama municipal, autonómico y parlamentario. Y ello sin hablar de la Presidencia. De momento Rubalcaba ya se ha desmarcado de la escena. Esperemos no tener que echarle de menos.