Noticias Castellón
jueves, 18 de abril de 2024 | Última actualización: 20:54

El 1-O, en la distancia

Tiempo de Lectura: 3 minutos, 28 segundos

Noticias Relacionadas

Jorge Fuentes. Embajador de España.

En el día de ayer se produjeron pocas sorpresas en Cataluña: hubo un remedo de referéndum, negado por el gobierno de España. Hubo violencia callejera con unos 800 heridos leves (según los responsables de la sanidad catalana transferida).

La Opinión Publica internacional, no necesariamente instruida en el asunto y con tendencias más bien sentimentaloides, compró la mercancía de los ‘pobres catalanes democráticos y sojuzgados’, mensaje que les sirvieron en bandeja unos medios informativos sensacionalistas y con corresponsales en Cataluña sistemáticamente halagados y "untados", conquistados, por ende, para la causa catalana.

Lo de ayer se veía venir pero fue peor de lo esperado. Una de las razones del zafarrancho callejero hay que imputarlo a la inhibición de los Mossos. En conjunto se desplegaron en Cataluña 30.000 fuerzas del orden, 18.000 Mossos y 12.000 entre la Guardia Civil y la Policía Nacional.

Entre todos ellos hubieran podido controlar las masas desbocadas con cierta facilidad pero al causar baja los Mossos, las restantes fuerzas tuvieron una misión mucho más complicada con el resultado que tuvieron que emplearse más a fondo de lo que hubiera sido deseable.

Todos los líderes occidentales, con la única excepción del venezolano, mostraron su apoyo a la posición del gobierno central, conscientes de que a nadie le conviene tener movimientos secesionistas. En cualquier capital donde residiera un catalán separatista, organizaba una manifestación acompañado por familiares y amigos, ante la Embajada de España, portando un par de esteladas. En el caso de Varsovia, conté alrededor de una docena de manifestantes.

Algunos políticos extranjeros de segunda fila, como el perdedor alemán (socialista) Schultz o el alcalde de Quebec, han hecho llamadas a la calma y al diálogo. Todas las cadenas televisivas del mundo se volcaron constantemente sobre el ‘scoop’ catalán intentando mostrar los aspectos más violentos de la jornada.

La Generalitat ha hablado de un 42% de participación y un 90% de votantes en favor del SI. Pero no mencionan cuántos millones de papeletas fueron falsificadas incluso antes del día 1-O y cuantos cientos de miles de personas fueron capaces de votar hasta cinco o diez veces cada una.

El conjunto de la jornada dio la impresión de una gran farsa pero de consecuencias incalculables. Sin duda la imagen de España no sale beneficiada pero tampoco la catalana. Todo parecía más bien salido de algaradas tercermundistas antes que de uno de los países más prósperos y democráticos del mundo.

¿Y ahora qué? En pocos días la Generalitat declarará la independencia de Cataluña basándose en haber ganado un referéndum... ilegal. Y el Gobierno español considerara tal declaración igualmente inconstitucional e ilegal, por lo que no habrá más remedio que aplicar las sanciones previstas en el artículo 155 de la Constitución.

Y todos nos preguntaremos si no hubiera sido mejor haber empezado aplicando tal articulo hace meses (o años) y habernos ahorrado el desaguisado que tuvimos que vivir ayer. Aunque es verdad que un cierto choque hubiera sobrevenido antes o después por una u otra razón.

Ayer fue un día triste y preocupante. Sin duda el Gobierno Central está en posesión de la ley y de la razón. Los separatistas catalanes se sienten imbuidos de una pasión irracional  que está teniendo consecuencias graves.

¿Hasta dónde llegara esta confrontación? Gran parte del daño ya está hecho pero aún puede llegar más. Entiendo que no hay gobierno español que pueda sentarse con los representantes de la autonomía catalana para hablar de independencia, que es el único asunto que les interesa. Puigdemont y sus más próximos colaboradores, son unos kamikazes que ya no tienen marcha atrás.

Cualquier solución debe pasar por un cambio de líderes en Cataluña y por un reforzamiento de la unidad entre los partidos constitucionalistas. Ni una ni otra cosa parece que se esté cociendo por el momento...

Continuará.