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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 00:44

Concentración de Hablamos Español frente al IES Ribalta de Castelló para pedir la libertad de elección de lengua

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VOX Castellón se suma a este acto para protestar contra la Ley a la que llaman ‘Timolingüismo’

Castellón Información

La Asociación Hablamos Español ha organizado esta mañana en varias localidades de la Comunidad Valenciana, y entre ellas Castelló, una concentración para pedir la libertad de elección de lengua. En Castelló se ha llevado a cabo delante del Instituto de Educación Secundaria Francisco Ribalta.

Castelló, concentración Hablamos español

En esta concentración han participado representantes del PP, Vox y Cs para apoyar esta demanda. En concreto, la presidenta provincial del partido de Santiago Abascal y diputada autonómica, Llanos Massó, ha querido mostrar su apoyo a los padres que "ven sus derechos mermados con la Ley del Pluriligüismo del sectario conseller de Educación, Vicent Marzà. Una ley, denominada del “Timolingüismo”, que reduce a la mínima expresión el español y que impone a todas luces el catalán como lengua primordial a la hora de estudiar en cualquier colegio o instituto de la Comunidad Valenciana. Una discriminación clara para quienes no son valencianoparlantes o para quienes, simplemente, prefieren estudiar en la lengua más hablada del mundo: el español".

VOX en la concentración de Hablamos español

Han acompañado a Llanos Massó en el acto el vicepresidente provincial y concejal, Luciano Ferrer, así como el diputado nacional, Alberto Asarta, entre otros directivos, afiliados y simpatizantes.

Massó aboga por la libre elección de lengua para respetar los derechos de las familias a estudiar en el idioma que deseen, sin imposiciones. “La única manera de garantizar la libertad es dar la posibilidad de elegir y para ello lo ideal es que existan líneas en las dos lenguas cooficiales, en español y en valenciano, en todos los centros educativos”, afirma. Y añade. “Estamos sufriendo un descarado recorte de libertades en la Comunidad Valenciana y estamos siendo víctimas del sectarismo de Compromís”.

A continuación reproducimos el manifiesto leído en todas las concentraciones

Hoy salimos a las calles de la Comunidad Valenciana por la libertad para poder estudiar en la lengua que nos une a millones de personas en España y a cientos de millones en todo el mundo; la lengua que muchos de nosotros tenemos como propia, aquella en la que preferimos expresarnos.

Aunque sea algo axiomático, algo obvio, hay que insistir en ciertas verdades. Diremos una y mil veces que como mejor aprende un niño es en su lengua materna, que la enseñanza con varias lenguas como vehiculares, ha de hacerse con cautela y siempre de forma voluntaria, porque se deja de aprender terminología en tu propia lengua y se resiente su registro.

La ley que regula el uso de las lenguas en la enseñanza en la Comunidad Valenciana y otras leyes de inmersión similares, hoy en vigor en varios lugares de España, no están pensadas para beneficiar a nuestros niños y jóvenes, sino para satisfacer los intereses políticos y económicos de quienes las promueven. La prueba más palpable de que no les mueve el beneficio de los niños, es que ni siquiera se tiene en cuenta a los pequeños con necesidades especiales, lo constatamos en Hablamos Español, donde hemos tenido que asesorar a más de una familia en estas circunstancias.

Es nuestra obligación como padres, como ciudadanos, velar porque esto se solucione. Una imposición así no se consentiría en país alguno. En aquellos que tienen más de una lengua oficial, se aplica lo que proponemos nosotros, y esto es así, gobierne la derecha o la izquierda, porque se dejan a un lado intereses partidistas en aras de beneficiar la formación de los que una sociedad más debe proteger, porque son los más vulnerables y porque son su futuro.

Nos gustaría que se dijese la verdad sobre el contenido de los tratados internacionales como la Carta Europea de las Lenguas. Los países felicitados por el Consejo de Europa son aquellos que permiten a los padres elegir la lengua vehicular en la enseñanza.

Nos gustaría que se dijese la verdad sobre las sentencias del Tribunal Constitucional, que avaló ya en el año 1986 el sistema de libre elección de lengua.

Nos gustaría que se dijese la verdad sobre el significado del concepto mismo de bilingüismo, que en las democracias no implica que todos tengan que conocer las lenguas oficiales al mismo nivel, sino que se pueda elegir entre ellas en la enseñanza y en la Administración.

Si realmente se tratara de la inocente promoción de un idioma, no enviarían autobuses a los colegios con la campaña “La Teua Llengua”, para decir a los niños que la lengua que les transmitimos nosotros no es la suya.

Quienes hemos analizado la situación en profundidad, sabemos que desde varios sectores se está impulsando una ley de lenguas ideada para que todas las lenguas de España, las que ahora son oficiales y las que podrían llegar a serlo, tengan igual peso que el español incluso en las Comunidades Autónomas donde no tienen lengua autonómica. En suma, quieren que el español deje de ser la lengua que nos une.

Cada vez que echéis en falta el español en un edificio oficial, en un documento, en un rótulo, o en el nombre de un lugar, recordadlo, no están promocionando el valenciano u otra lengua, están borrando el español.

A los que sienten la tentación de alegrarse por tener un elemento diferenciador, quien crea que un requisito lingüístico le dará más oportunidades porque cierra puertas a quien quiere entrar le decimos: piensa cuántas puertas se te cerrarán a ti en el resto de España, donde hay otros lugares en los que también están levantando barreras lingüísticas, piensa que el requisito lingüístico en la Administración es la excusa para imponer la lengua en la enseñanza. Se genera una necesidad para crear una obligación. Es la profecía que se autocumple.

A este y al otro lado del océano, en nuestro idioma se han escrito algunas de las páginas más bellas de la literatura Universal. Hablamos la segunda lengua materna del mundo, la que hablan casi 600 millones de personas, la que tiene 50 millones de hablantes en Estados Unidos, la que cada vez más estudiantes del todo el mundo quieren aprender…

y queremos poder estudiar en ella. No queremos que se retiren derechos a nadie, pero queremos que se respeten los nuestros.

Ahora nos dicen que esta ley llamada del Plurilingüismo, se aplicará poco a poco, y se enredan en explicaciones enrevesadas y confusas para no decir la verdad: que el español se relegará a una insignificancia en la enseñanza.

Nosotros no queremos porcentajes impuestos, porque no queremos renunciar a una parte de lo que es bueno, porque la libertad no se negocia.

Todos los niños hispanohablantes, vivan donde vivan, en Toledo, en Valencia o en Orihuela, deben tener el mismo derecho a conocer a fondo su idioma, porque es el suyo, porque tiene un gran poder de comunicación, o sencillamente porque es oficial. Así se hacen las cosas en las democracias.

Dijimos que todas las zonas de la Comunidad Valenciana se verían afectadas, y así está sucediendo, lo dijimos también en Navarra y ahora nos están dando la razón; este proyecto lo incluye todo.

Es el momento de reclamar nuestros derechos, y la Comunidad Valenciana está dando un ejemplo de resistencia ante esta injusticia, que esperamos contagie a otras Comunidades Autónomas.

Pensamos en los más pequeños y también en vosotros, los chicos que el próximo curso estaréis en Secundaria y nos llamáis, con preocupación, porque os aplicarán la nueva ley, incluso si vivís en una zona con exención, y eso dificultará y ralentizará la adquisición de conocimientos y de expresión. Vamos a utilizar todas las armas que una democracia pone en nuestras manos, para solucionar este problema.

En vuestros libros habrá alondras y amapolas, marismas, gorriones y abedules.

Y nos sentiremos felices de que otros jóvenes tengan terredols y roselles, marenys, teuladins y bedolls.

Se gastan enormes sumas de nuestro dinero en campañas para disfrazar con musiquillas y caras sonrientes la imposición lingüística, un producto nocivo. Expertos en marketing se devanan los sesos para convencernos de que es mejor estudiar en una lengua que no es la propia.

Quieren vendernos un lecho de hielo como si fuese el abrazo cálido de una madre.

Solo les diremos que el español es nuestro tesoro y no vamos a renunciar a él.