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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 09:32

Barrachina asegura que la izquierda "ha convertido a nuestros alcaldes y concejales en 1.200 héroes de lo cotidiano”

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“Son los 10 mandamientos, el eje de la labor diaria de servicio público de nuestros alcaldes que ponen cara a la política en la provincia”.

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El Partido Popular de la provincia de Castellón antepone la proximidad al ciudadano y la participación como ejes de su política municipal por encima de cualquier tipo de ideología o sentimiento partidista. Así queda patente en el Decálogo del Buen Gobierno Local surgido fruto de las conclusiones de la Convención de Estabilidad y Buen Gobierno del PPCS celebrada este fin de semana en Benicàssim. El documento recoge los diez principios más importantes que rigen la acción de los 97 alcaldes y 1.121 concejales populares en la provincia de Castellón.

Así lo ha explicado el secretario general del PPCS, Miguel Barrachina, quien ha definido este documento como “los diez mandamientos, el eje de la labor diaria de servicio público de nuestros alcaldes. Los mismos que ponen ojos y cara a la política todos los días del año en todos los rincones de nuestra provincia. Personas anónimas que responden a diario de forma directa a sus vecinos con el esfuerzo de su dedicación a tiempo completo, sin descanso. A esos alcaldes no les estamos descubriendo nada nuevo, sólo recopilamos en este decálogo las conclusiones de lo que ellos mismos con su gestión nos están contando”.

1.200 héroes de lo Cotidiano

El secretario general del PPCC ha destacado que “los castellonenses eligieron hace justo tres años y medio a 1.121 concejales y 97 alcaldes populares; honrados, eficaces y buenos gestores. Las campañas de la izquierda -IU, Podemos, Psoe, Compromis, Guanyem...- y más de 3.000 manifestaciones y huelgas en nuestra provincia, los han convertido en héroes de lo cotidiano”.

Barrachina ha añadido que “son 1.219 héroes, que no sólo cuadran las cuentas sino que atienden, visitan, solucionan, reparan, limpian, iluminan, y en suma, sirven a la totalidad de sus vecinos. Cuando los problemas están más próximos, los castelloneneses los eligen a ellos, y en este tiempo de dificultades ninguno ha dado un solo paso atrás, es más en las próximas elecciones darán dos pasos hacia delante. El 75% de los concejales de nuestra provincia son populares”.

Decálogo del Buen Gobierno Local

El primer principio del decálogo es la identidad. El alcalde hace pueblo fomentando la identidad local, dando a conocer sus orígenes, las diferentes condiciones sociales de las mujeres y hombres que con sus actuaciones y relaciones dan vida plural a cada municipio, las tradiciones y las actividades cotidianas: económicas, culturales, sociales, políticas y los proyectos de futuro.

El segundo principio que riege buen gobierno local es la lealtad a Castellón y sus gentes. “EL alcalde cree y cuida su municipio y sus gentes como si de su propia familia se tratase, se desvela con cada preocupación y trabaja dejándose la piel por cada solución. Lucha sin complejos por los intereses de sus vecinos”, ha explicado Barrachina.

El fomento de la participación ciudadana, la gestión económica sostenible adaptada a las necesidades reales de los vecinos, o la proximidad son otros de los principios. Tal y como ha explicado Barrachina en este punto, “el alcalde es el primero, el 112 de la política, el que siempre está, el que primero resuelve y luego piensa si es su competencia. El que se ocupa de lo que preocupa”.

El fomento de la transparencia y la política abierta es el sexto de los principios que recopila este decálogo, que se completa con la función del alcalde de propiciar el bienestar de su ciudadanía, aportando soluciones y construyendo el futuro al tiempo que satisface con urgencia las demandas del momento.

Los tres últimos principios que recogen el decálogo se refieren a las oportunidades (el alcalde piensa en las próximas generaciones, actúa responsablemente velando por el interés general del municipio), la ciudadanía digital (el alcalde mejora las formulas de comunicación y los procesos administrativos para hacer la vida más fácil a los vecinos, más ágil y más efectiva, y no desperdicia ninguna formula de comunicación, potenciando una administración relacional, dialogante, que implique y consulte a la ciudadanía) y la honradez.

En este punto Barrachina ha incidido afirmando que “está bien recordar y es justo reconocer que el alcalde representa la voluntad ciudadana, actúa con lealtad, respeta los derechos humanos, prohíbe el favoritismo, fomenta los valores cívicos y prima el interés general al particular”.