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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 14:20

¿Actitud constructiva o enroque?

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Enrique Domínguez. Economista

Entre los ciudadanos, entre la gente de a pie, hay personas que anteponen el bien colectivo al personal; vaya, que se preocupan por lo que ocurre delante de sus narices y procuran ayudar o colaborar con otras para resolver o mitigar la cuestión planteada. No demasiadas, es la verdad.

Pero hay unas personas, los políticos (una gran parte de ellos, cada vez mayor, conforme se adquieren más responsabilidades políticas, o se pasa del ámbito municipal al regional o al estatal) que, al adquirir esa categoría en las urnas, parece que se transforman, que adquieren otro estatus y se preocupan, fundamentalmente, de no armar revuelo en su partido y así mantenerse. Los problemas de los ciudadanos son otra cosa.

Los ciudadanos de a pie suelen, ante circunstancias adversas, arrimar el hombro y colaborar, independientemente de sus adscripciones políticas. Esto es cada vez menos cierto pues solo hay que ver los comentarios en las redes sociales cuando habla un político; no se escucha, se ataca e insulta porque no es de los suyos.

¿Arriman el hombro los políticos ante circunstancias adversas que pueden derivar en graves retrocesos para el país? Los políticos, a nivel nacional, ¿son capaces de colaborar, aunque el resultado no sea el que ellos desearían?; ¿son capaces de preocuparse por los ciudadanos, sean o no de su partido, en lugar de enrocarse en ideas preconcebidas, en supuestas líneas rojas?; ¿son capaces de tener una actitud constructiva? En resumen, ¿se les puede considerar líderes o son solo dirigentes que no quieren ver dañada su inmaculada posición si ceden en alguna cosa?

A nadie se le oculta que en este país y desde hace bastantes meses, estamos atravesando una fuerte crisis política, además de la sanitaria y económica, por la falta de la mínima colaboración entre partidos. Todos son responsables; cada uno se ciñe a unos postulados que no quiere dejar porque, de hacerlo, sus votantes no lo aceptarían. Como inciso, ¿han educado los partidos a sus votantes en el sentido de que colaborar o pactar no es perder, no es dejación de funciones? Como no lo han hecho se hacen fuertes en las denominadas líneas rojas: ultraderecha, socialcomunista, feminismo, constitución, monarquía, república, independencia…

¿Tenemos, en fin, auténticos líderes políticos que sepan mirar por el bien de la mayoría tal como hicieron los políticos dela transición? No. Hay demasiado personalismo. La gente cree, cada vez más, que los políticos son un problema; y ello es peligroso.

Todo lo anterior lo hemos visto desde hace bastante tiempo y lo estamos sufriendo actualmente. Ante una crisis sanitaria como la que estamos pasando, no ha sido posible (no se ha querido) crear una mesa en la que todos los partidos puedan aportar sus opiniones y no solo poder decir si me gusta o no lo que me proponen.

Ahora mismo, ante la fuerte recesión en la que ya estamos, ¿somos capaces de remar en el mismo sentido para que sus efectos sean menores, para salir más pronto de ella? Ahí están los presupuestos, imprescindibles para actuar sobre los problemas, para gestionar la financiación que la UE va a aportar ¿Vamos a ser capaces de dar una imagen a Europa de unión en los momentos graves, como ocurre en otras latitudes, o vamos a seguir dando el plato de lentejas y, si no lo quieres, las dejas? ¿Es correcto encerrarse en las líneas rojas y seguir diciendo “no es no” o, ahora, “así no”, o es mejor intentar aportar todo lo que se pueda? ¿Realmente nos importan los ciudadanos y sus problemas, nuestros votantes y sus problemas, o solo nuestro ego?

Si empresarios y sindicatos son capaces de consensuar lo que les atañe quedando ambos insatisfechos, ¿por qué los políticos estatales de derechas e izquierdas no son capaces de llegar a consensos que tampoco les dejen satisfechos?; ¿es que cada uno de ellos se cree en posesión de la verdad? ¿tan ególatras son?

Con tristeza veo que entre nuestra clase política hay demasiado enroque y muy poca actitud constructiva. Y no señalo a nadie; todos, en más o en menos, adolecen de ello. Y la imagen quedamos a la UE no es la mejor para que se crean nuestras dificultades cuando las señalamos. Es este momento el aportar ideas y discutirlas debería estar por encima de la ideología pura y dura ¿Y usted qué opina?